MOVILIZACIONES SINDICALES Y HUELGAS PONEN EN JAQUE A EU

Internacional

EL SINODAL DE TAMAULIPAS

Nueva York. Unas 15 mil enfermeras abandonaron sus labores en Minnesota en la huelga más grande de ese sector privado en la historia de Estados Unidos, para protestar por las condiciones de trabajo, mientras se intensificaron las negociaciones con más de 100 mil ferrocarrileros para evitar un paro nacional el próximo viernes y maestros en Seattle continúan en huelga, todo a la vez que la ola de organización de nuevos sindicatos marcó nuevos triunfos en sectores de medios y hasta de jugadores de beisbol.

La huelga de la Asociación de Enfermeras de Minnesota contra unos 16 hospitales programada para tres días es por falta de una solución empresarial a las condiciones de turnos excesivos y falta de personal que están afectando al sector por todo el país desde la pandemia.

Por lo anterior, este movimiento podría derivar en otros en varios puntos del país donde hay múltiples disputas parecidas.

La pandemia de covid-19 impactó a todos los trabajadores de la salud, abrumados por la falta de coordinación y preparación por empresas y autoridades locales y federales.

Durante la pandemia, el sector perdió decenas de miles de trabajadores y según el Departamento del Trabajo, el número de trabajadores del sector salud, incluyendo enfermeras, hoy día es menor por 37 mil comparado con los niveles en febrero de 2020.

Solidaridad de Bernie Sanders con el sector

Las enfermeras, reconocidas como heroínas durante la pandemia, están recibiendo amplio apoyo de sus comunidades, así como por algunos políticos nacionales.

“Estoy en solidaridad con las alrededor de 15 mil enfermeras en huelga… son la columna vertebral de nuestro sistema de salud. Saben que es lo mejor para sus pacientes”, tuiteó el senador federal Bernie Sanders.

Por otro lado, unos 115 mil trabajadores ferrocarrileros agremiados en 12 sindicatos están preparados para estallar en huelga nacional el próximo viernes –la primera en este sector durante unas tres décadas–, lo cual tendría un efecto masivo sobre la infraestructura nacional de transporte y varias ramas de la economía al congelar alrededor de un 30 por ciento de la carga de bienes en el país.

Además, podría interrumpir los sistemas ferroviarios de pasajeros ya que, aunque la disputa laboral es solamente con empresas de carga, los trenes comparten las mismas vías.

El gobierno de Joe Biden está participando en las negociaciones y el propio presidente hizo llamadas a dirigentes de los sindicatos y de las empresas ayer, para impulsar un acuerdo, pues una huelga de esas dimensiones sería una pesadilla política y económica para la Casa Blanca a un par de meses de las elecciones intermedias.

La disputa no es únicamente por los salarios, sino por la falta de días pagados por enfermedad o el uso de multas por falta de asistencia incluso en casos de emergencias familiares. También, unos 6 mil maestros empezaron una huelga en Seattle siguiendo los pasos de sus contrapartes en Minneapolis, Chicago y Sacramento en las últimas semanas, todas culminaron en nuevos contratos.

Trabajadores portuarios negocian nuevo contrato

Al mismo tiempo, el sindicato de unos 22 mil estibadores y trabajadores portuarios ILWU –históricamente entre los más progresistas del país– está negociando un nuevo contrato desde mayo en la costa oeste.

Junto con todo lo anterior, continúa la oleada de organización de nuevos sindicatos en cadenas como Starbucks (donde ya van más de 230 tiendas) y Amazon, entre otras que están resucitando al movimiento laboral del país por primera vez en décadas.

El viernes pasado, unos 500 empleados del emporio de medios Conde Nast –que produce revistas como Vogue, Vanity Fair y GQ– ganaron el reconocimiento de su sindicato por la empresa.

Y ese mismo viernes, las Ligas Mayores de Beisbol –la asociación de dueños del beisbol profesional– anunciaron que reconocerán al sindicato de jugadores de las ligas mayores como representante de los más de 5 mil jugadores de las ligas menores.

El movimiento laboral ahora goza de un amplio apoyo: un 71 por ciento de los estadunidenses tiene una percepción favorable de los sindicatos, el nivel más alto registrado por Gallup desde 1965.

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