BIDEN EN LA ONU: APORTAREMOS 11 MIL MDD CONTRA CAMBIO CLIMÁTICO

Internacional

EL SINODAL DE TAMAULIPAS

Washington.– El presidente Joe Biden, en su presentación ante la Organización de Naciones Unidas anunció como un gran acto de generosidad que su país tiene la intención de aportar 11 mil millones de dólares anuales para ayudar a los países en desarrollo a enfrentar el impacto del cambio climático, pero evitó mencionar que Estados Unidos debe mucho más que eso para reparar el daño que su desarrollo ha causado al planeta.

Expertos y algunos líderes internacionales señalan que Estados Unidos es responsable de casi 25 por ciento de toda la contaminación de carbono en el medio ambiente generada a lo largo de los últimos 350 años, pero ha hecho relativamente muy poco para abordar esos daños. Ante la ONU, Colombia, Sudáfrica, Chile, Barbados entre muchos más instaron a una expansión dramática de inversiones para mitigar los efectos del cambio climático y promoción de energía renovable en el sur global.

Los hechos básicos no están en disputa: desde los inicios del uso industrial de combustibles fósiles en 1750 hasta 2000, Estados Unidos contribuyó con 416 mil millones de toneladas de CO2 al planeta. Esto, comparado con 236 mil de millones de toneladas contribuidos por China, y 20 mil millones de toneladas por México, según Hannah Richie, jefa de investigaciones de Nuestro Mundo en Datos en Oxford, Inglaterra (https://ourworldindata.org/co2-and-other-greenhouse-gas-emissions). El ahora inundado Pakistán es responsable sólo por 5.1 mil millones de toneladas.

“Cuando observamos sólo emisiones producidas hoy día, fracasamos en reconocer la responsabilidad histórica de emisiones en décadas o siglos recientes”, afirma Richie. En un intercambio por correo electrónico con La Jornada, señaló que estos números sólo incluyen emisiones producidas por combustibles fósiles y cemento desde 1750, y no incluyen lo emitido por uso de tierras.

El resultado de estos siglos de contaminación se registra en los titulares de noticias todos los días. El huracán Ian, los incendios forestales, las sequías en Centroamérica y el suroeste estadunidense, las inundaciones en Pakistán son sólo los ejemplos más recientes.

La inundación de Pakistán –país con la quinta población más grande del planeta– ha desplazado a 33 millones de personas, más de un millón de viviendas afectadas por deslaves y dejó a un tercio del país bajo agua.

Países en desarrollo pagan el precio

El secretario general de la Organización de Naciones Unidas (ONU), Antonio Guterres, dejó clara la relación: “Pakistán y otros países en desarrollo… están pagando un precio atroz por la intransigencia de los grandes emisores (de gases de efecto invernadero) que siguen apostando por los combustibles fósiles.”

“Olvídense de la solidaridad”, agrega la autora paquistaní Fatima Bhutto en The Guardian. “El sur global no sobrevivirá este siglo sin justicia climática. Ustedes en occidente están hablando de popotes de papel, nosotros en el sur global estamos hablando de reparaciones”.

Algunos en Estados Unidos están de acuerdo. “Los países ricos desarrollaron sus economías a expensas de países pobres alrededor del mundo, quienes ahora están enfrentando, de manera desproporcionada, el impacto climático de esas decisiones de los industrializados por altas emisiones”, escribió la diputada federal Yevette Clarke y el profesor Michael Shank en Newsweek.

En la Conferencia sobre Clima de la ONU en Copenhague en 2009, los países ricos se comprometieron a que para 2020 otorgarían por lo menos 100 mil millones de dólares anuales a los países menos ricos en apoyo a sus esfuerzos de adaptación y mitigación de los efectos del cambio climático, pero fracasaron en cumplir con su compromiso. Esa cifra de 100 mil millones en sí es considerada muy por debajo de lo necesario. El año pasado, el ministro de medio ambiente de Sudáfrica sugirió que los países ricos deberían otorgar 750 mil millones anuales antes de 2030.

Mientras los países se preparan para la siguiente cumbre global de la ONU sobre clima, programada para noviembre en Egipto, analistas del sur global dudan que los países desarrollados empezarán a hacer las inversiones necesarias para ayudar a pagar por las pérdidas y daños del cambio climático y ayudar a países a desarrollar alternativas a los combustibles fósiles.

El profesor Saleem Huq, del Centro Internacional sobre Cambio Climático y Desarrollo en Dhaka, Bangladesh, ha participado en cada una de las cumbres de la ONU sobre cambio climático y concluyó que “se hacen promesas, se toman decisiones, pero no son cumplidas”.

Tom Athanasiou, codirector de Climate Equity Reference Project, dice que la contribución individual de un país al esfuerzo bajo los Acuerdos de París para limitar el calentamiento global a 1.5 grados Celsius para 2030 debería ser medida tanto por las emisiones históricas de ese país como también su capacidad para actuar.

El proyecto de Athanasiou calcula que Estados Unidos debe asumir responsabilidad por un 30 por ciento del esfuerzo global para reducir el calentamiento global bajo las metas del Acuerdo de París. “Eso será difícil, ya estamos a 1.2 grados”, comentó en entrevista con La Jornada. La parte que le corresponde a la Unión Europea, afirma, es de 22 por ciento; China, 12; América Latina sería 6 por ciento, y a México, por sí solo, le corresponde aportar 1.5 por ciento del total del esfuerzo global.

Pero todo eso no será fácil. Para 2030 Estados Unidos necesita reducir emisiones por casi 200 por ciento por debajo del nivel que alcanzó en 2005 (en efecto, necesita lograr un déficit de emisiones) y contribuir con cientos de miles de millones de dólares cada año a esfuerzos de mitigación y adaptación global.

¿Qué tanto? La empresa financiera Morgan Stanley calcula que se requiere de 50 billones entre ahora y 2050 para lograr emisiones netas de cero y que de ese total, Estados Unidos debe aportar 15 billones a ese esfuerzo internacional para mitigar los efectos del cambio climático y promover la transición hacia energías renovables en países más pobres.Washington no está ni cerca de esta meta.

México, según los cálculos del Climate Equity Reference Project necesita reducir sus emisiones anuales de CO2 proyectadas para 2030 en 40 por ciento; algo obviamente muy difícil de lograr. La mayoría de los países –incluido México– no están dedicando nada cerca de lo necesario para mitigar los impactos del cambio climático y promover la transición a renovables.

Expertos como Huq, entre otros, dicen que el cambio necesario es impulsado ahora por movimientos locales, y que tal vez la próxima cumbre mundial sobre cambio climático –conocida como COP 27– ofrecerá un foro para que estos movimientos fortalezcan sus esfuerzos para que los gobiernos cumplan con sus responsabilidades planetarias.

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