EL SINODAL DE TAMAULIPAS
Nueva York.– La descomposición del proceso democrático estadunidense bajo una ofensiva derechista es el tema central de esta elección intermedia, y sus consecuencias, sobre todo si el lado más extremo del Partido Republicano conquista la mayoría en ambas cámaras del Congreso, y en la contiendas estatales impone control sobre puestos que manejan el proceso electoral, lo que tendrá un impacto alarmante para la próxima elección en 2024.
De hecho, con un pronóstico favorable para los republicanos en las elecciones del próximo 8 de noviembre, donde está en juego toda la Cámara Baja, poco más de un tercio del Senado, 36 gubernaturas y decenas de puestos claves estatales, este viernes se filtró a propósito que el ex presidente Donald Trump está contemplando anunciar su candidatura para regresar a la Casa Blanca poco después de la elección intermedia, tal vez el 14 de noviembre.
El jueves, Trump declaró en un mitin en Iowa: “para que nuestro país sea exitoso y seguro y glorioso, yo, muy, muy, muy probablemente lo haré de nuevo… Prepárense, eso es lo único que les diré: muy pronto. Prepárense”.
La economía –sobre todo la inflación–, el crimen, inmigración y fraude electoral son los temas que promueven los republicanos con aparente éxito, junto con un rechazo de la legitimidad de la elección presidencial de 2020.
Para los demócratas, el mensaje ha sido menos claro, con el presidente Biden y otros líderes enfatizando la lucha entre “la democracia” y “la autocracia”, y algunos, sobre todo progresistas como el senador Bernie Sanders, subrayando los temas que más afectan a los trabajadores como el empleo, apoyos económicos durante la pandemia que redujeron la pobreza, entre otros, y advirtiendo de la agenda republicana que buscará reducir el gasto público en servicios sociales y el programa de seguridad social.
Son los temas económicos los que suelen determinar elecciones, y la percepción popular en las encuestas es que la economía no está funcionando para ellos, citando sobre todo la inflación.
Pero el debate ya no es sólo sobre temas y propuestas políticas, sino cada vez más sobre el futuro de la democracia estadunidense, como ha reportado La Jornada (https://www.jornada.com.mx/2022/11/ 04/mundo/029n1mun). De hecho, la gran mayoría de estadunidenses expresan preocupación por la violencia política, con casi nueve de cada 10 (88 por ciento) opinando que las divisiones se han intensificado en el país a tal grado que hay un creciente riesgo de violencia, según una encuesta del Washington Post/ABC News difundida ayer.
Y aparentemente tienen razón en preocuparse, ya que el FBI y otras agencias federales emitieron una alerta la semana pasada sobre una creciente probabilidad de violencia de extremistas domésticos en los 90 días posteriores a la elección. “Después de las elecciones intermedias de 2022, percepciones de fraude relacionado con la elección e insatisfacción con los resultados electorales, probablemente resultarán en elevadas amenazas de violencia contra una amplia gama de objetivos –como opositores ideológicos y funcionarios electorales–”, afirma el memorándum oficial, reportó el Washington Post.
Se desploma la confianza
No ayuda que ambos partidos no han logrado recuperar la confianza del público en el gobierno, la cual se ha desplomado en los últimos 15 años, según encuestas de Gallup. La mayoría de los estadunidenses aún opina que el gobierno federal no es efectivo en mejorar la vida de la gente. La confianza en el Poder Ejecutivo es de 43 por ciento –sólo tres puntos sobre su nivel más bajo durante el escándalo de Watergate en los 70. El nivel de confianza en el Poder Legislativo es aún menor, sólo 38 por ciento (aunque eso es una mejoría), y por primera vez en la historia de las encuestas para este tema, el Poder Judicial sólo tiene un nivel de confianza minoritario, de 47 por ciento. Gallup señala que los tres poderes gozaban de la confianza de la mayoría tan recientemente como 2005, y que cuando este tema fue primero sondeado por Gallup en 1972, más de dos tercios del electorado expresaba confianza en el gobierno federal.
La mayoría de los estadunidenses expresa pesimismo en el futuro de la política en su país y dos tercios de votantes dicen que el gobierno trabaja principalmente para beneficiar a las élites políticas, según Gallup. Sin embargo, de acuerdo con sondeos de Gallup y Pew Research Center, también hay expresiones marcadas de apoyo y aprobación al papel que juega el gobierno federal en diversos rubros para mejorar, apoyar y defender los intereses y necesidades de las mayorías –es decir, las mayorías no son antigobierno– y que favorece la negociación política y no la polarización para que la autoridad cumpla sus compromisos.
Es en este contexto en que se realizan estas elecciones intermedias, donde la estrategia de una amplia gama de republicanos leales a Trump es continuar minando la confianza pública en la integridad del sistema político, incluyendo el proceso electoral.
“Si tienes 30 años de edad o menos y no votas en tu distrito legislativo y actúas para que todos los que conoces voten… es casi inimaginable contemplar qué tan brutal se puede volver la vida para ustedes a lo largo de la próxima década si no frenamos el fascismo”, tuiteó el actor y activista John Cusack.