Por René Mondragón
OCURRENCIAS Y POSVERDAD
Un buey y una mula pasarán a la posteridad, como representantes de la exclusión y la intolerancia, al demostrarse -de acuerdo con el ministro Juan Luis González Alcántara Carrancá de la Suprema Corte de Justicia de México- que son representantes de la más terrible de las ofensas al pluralismo religioso y un grave atentado a la separación Iglesia-Estado, todo, por andar apareciendo en un nacimiento navideño. Por eso, serán prohibidos en lugares públicos. (1)
No cabe duda que los su-ministros de la 4T están haciendo su chamba al más puro estilo jacobino. Habiendo verdaderos y serios problemas en la gran Tenochtitlán, y andar perdiendo el tiempo para pelearse con los nacimientos porque estas representaciones ofenden a los que no son cristianos.
LA INTOLERANCIA DE LOS “TOLERANTES”
Si esto sigue como va, la Corte tendrá que sancionar también al presidente López Obrador por andar saludando -en eventos públicos y con dinero tomado del erario- con la simbología que, de acuerdo a varios analistas, pertenece a la gran fraternidad universal, como membrete de sus creencias y filiación masónica, además de que eso ofende a quienes no participamos de la militancia en las logias.
En la nota capturada por el periodista Raúl Díaz de SDP Noticias, se profundiza en la ocurrencia del magistrado.
El señor va en contra de los tradicionales nacimientos instalados en las fiestas de Navidad -que reciben su nombre, del festejo por la natividad o nacimiento de Jesucristo- y que por eso se llaman así- porque no le parece que tales representaciones se instalen en lugares públicos.
En la misma línea, lo que sigue es que la Guardia Nacional sea destacamentada para aprehender y someter a prisión preventiva oficiosa, a los vecinos a quienes se les ocurra cantar las posadas en la vía pública.
El escribano se imagina desde ahora, la presentación en barandilla de los paisanos a quienes se les ocurra andar diciendo en la calle: “Mi esposa es María y es Reyna del cielo; y madre va a ser, del Divino Verbo”. Habrá que elevar a rango constitucional la sanción por sedición en tiempos de posadas.
I’LL BE BACK: MINISTRO HERODES
El “Terministro” va en serio y va por todo. En su ponencia busca crear jurisprudencia a fin de que también, se prohíba cualquier adorno o signo alusivo a una convicción religiosa en lugares públicos.
Pregunta obligada: ¿Por qué se aferran a vivir en el pasado? ¿Por qué no integrarse a la tolerancia de quienes no piensan como ellos? ¿Por qué no pensar y actuar como gente de nuestro tiempo?
Si esta ideota -idea grandota- pasa el 6 de noviembre entrante, será la mejor señal de que Herodes regresó para acabar con todo vestigio de Jesucristo.
El planteamiento contradice toda lógica jurídica y viola la libertad de creencias y el culto de las personas consagrado en la Constitución, paradójicamente, en el nombre del estado laico -que actúa como anti-religioso- y los principios de igualdad y no discriminación.
Que alguien lo explique, porque si la mayoría d los mexicanos ostenta sus creencias religiosas dentro del catolicismo, la propuesta del ministro ¿No viola también la democracia y discrimina a quienes celebran el sentido religioso de la Navidad?
Este escribano no se imagina al ministro de la Corte presentando la iniciativa para suspender los actos públicos del Ramadán o intentando suspender el Yom Kippur.
El argumento del jacobino ministro es ocioso, porque afirma que los adornos instalados con dinero público, violan la laicidad porque privilegian la religión cristiana. Es decir, si sumamos los católicos en México y los pertenecientes a otras denominaciones cristianas, pues entonces existe ya una mayoría aplastante a la que la iniciativa de la Corte ofendería y gravemente.
