Por Hugo Reyna/ EL SINODAL DE TAMAULIPAS
Reynosa, Tam.- En días como estos, en donde rige la drasticidad sanitaria que ha impuesto el Covid 19, no hay tiempo para despedir a los difuntos, ni tampoco para rendirles tributo o despedida a través de funerales o reuniones que servían para honrar a los ausentes. Hoy la frialdad de la emergencia prohíbe todo lo anterior y desde el interior de las agencias funerarias se realiza todo trámite y traslado final.
Son las reformas a la Ley de Salud que de la mano con las medidas preventivas, se aplican de manera generalizada, ricos o pobres por igual no hay funerales de excepción para nadie y así casi en el anonimato se realiza el proceso fúnebre.
Alma “N” es responsable de administrar una empresa de pompas fúnebres en Reynosa, ubicada en una colonia popular de la ciudad, los servicios- reza la propaganda en sus fachadas comerciales- son los más económicos y de calidad inigualable. Aquí los difuntos son tratados con respeto, deferencia y sensibilidad con los deudos.
La emergencia sanitaria y las restricciones, los cierres de la mayoría del comercio, el poco circulante disponible, han modificado practicas a la regla del negocio.
Hoy. Los servicios no son costosos, aunque siempre se deja a criterio de la familia la fastuosidad y comodidad con que se desea honrar al difunto.
Hay féretros con servicio de inhumación incluido que oscilan entre los 20 a 30 mil pesos, los ataúdes de lámina rondan los 15 mil pesos, pero también los hay de finas maderas talladas con relieves y diseños especiales hechos a mano que elevan su valor, dependiendo el grado van desde los 40 a 65 mil pesos.
Las reglas sanitarias imponen la prohibición de celebrar funerales con la presencia de los deudos, para prevenir contagio o riesgo a la salud.
Proscrito el homenaje de cuerpo presente con familiares y amigos, el difunto es preparado y entregado para su sepultura, cremación o traslado a cualquier destino del país- claro está con un cargo adicional-.
No hay tertulia fúnebre alrededor del duelo, acaso la familia puede despedirse desde la privacidad de la agencia funeraria antes del reposo final deseado.
Los amigos y conocidos se enteran vía telefónica, redes sociales y otros medios, pero no hay la espontanea reunión que acompañaba la tradición antes del Covid 19.
Hoy, solo el personal de las agencias funerarias realiza todo el proceso y la inhumación bajo una estricta discreción.
Son pues, los tiempos de morir en tiempos de emergencia, alguna esquela en los periódicos notificará la triste noticia de aquel que falleció y que por causa de la Pandemia no tuvo acceso al tributo ni respeto de aquellos con quienes compartió en vida, y así será al menos hasta que sea alzada la Cuarenta y sus restricciones sociales.