-Crónica de una victoria anunciada
-Masacran a Imelda
-Carmen Lilia Canturosas se fortalece
Por Raúl Hernández Moreno
Lo escribimos y lo dijimos muchas veces en la radio: el triunfo de José Ramón Gómez Leal y Morena estaban muy cantados.
Con 1,979 de las 4,778 casillas instaladas, equivalentes al 41 por ciento, Manuel Muñoz Cano sumaba 9,042 votos (3.82); Imelda Sanmiguel, 52,459 votos (22.16) y José Ramón Gómez Leal, 169,027 votos (71.43). La diferencia es de 49.27 puntos. Fue una masacre.
A las 21.25 horas, aquí en Nuevo Laredo, Muñoz Cano llevaba 777 votos, Imelda 7,721 y JR, 21.753.
Desde que empezaron a cerrar las casillas y se dieron a conocer los resultados, la ventaja para JR era abrumadora.
Con estos números, la participación ciudadana era de 20.58 por ciento a nivel estatal y de 18.97 en Nuevo Laredo.
También anticipamos que el PAN no aceptaría su derrota –a las nueve de la noche anunció que impugnará los resultados- y se irá a los tribunales, como lo hizo en el 2021 y en el 2022, en que buscó, al borde de la desesperación, un magistrado corrupto que aceptarse anular la elección, pero si no lo encontró cuando manejaba un presupuesto de más de 57 mil millones de pesos del Estado y más de 10 mil en los principales municipios, menos lo va a encontrar ahora que vive en la pobreza republicana.
Tanto ha repetido el PAN en las últimas elecciones que los procesos electorales estuvieron amañados, que ni ellos se la creen.
Hoy se confirmó en las urnas, lo que se visualizó en las semanas anteriores en decenas de encuestas: que Morena estaba muy por encima del PAN, con al menos 22 puntos, que hoy se duplicaron.
Y es que el PAN arrastra la mala imagen del ex gobernador Francisco Cabeza, como lo arrastró en el 2021 y en el 2022, en que se empeñó, igual que lo hizo en este 2023, en imponer malos, pésimos candidatos.
La imagen pública de Imelda se fue desgastando en el último año, al mostrarse como una diputada soberbia, sin proyecto político, alejada de la ciudadanía, que uso el poder para abusar de los diputados de Morena y se dio el lujo de gritonearle a Armando Zertuche, sin importar las cámaras.
Hoy Imelda pago el costo de sus errores personales, pero también las del ex gobernador y los de su partido, que desaprovecho la oportunidad de ejercer un gobierno honesto y humanista y realizó uno corrupto y criminal.
A eso hay que sumarle que no hizo campaña, que no presentó propuestas y que el PRI decidió abandonarla, al grado de que en Nuevo Laredo no registro representantes de casilla, lo que nunca había ocurrido en sus casi 94 años de historia.
Con los pobres resultados del PAN, es poco probable que el próximo año el partido acceda a regalarle a Imelda un lugar privilegiado en la lista de candidatos a diputados plurinominales.
Y en cuanto a JR y su reelección en el 2024, ya se verá. Lo bueno de todo esto, además de su triunfo, es que se quitó la sal de sus anteriores cinco derrotas electorales, tres con el PAN, una como independiente y una con Morena. Se equivocó el Cacharro, que había anticipado su derrota, lo que no es novedad: ese hombre a nada le atina. Es un perdedor.
En esta elección, el trabajo del gobernador y los alcaldes morenistas fue clave en el triunfo de Morena,
Aquí en Nuevo Laredo, se fortalece la imagen de Carmen Lilia Canturosas, los votos obtenidos por Morena, son un aval a su gobierno.