Propuestas Viables/ Por: Lic. Jesús Elías Ríos Reyna

Opinión

Empleos Perdidos

Más de quinientos mil empleos perdidos en abril, según los registros del Instituto Mexicano del Seguro Social. En verdad el virus afecto severamente la psiquis de algunos, al grado de pretender que no pasa nada; que podemos seguir sin salir.

La economía está en cadena, no es un asunto de papeles y firmas. No basta decir, paga salarios completos hasta agosto. Los números no mienten, ahora resulta que ¿existe un índice de felicidad? La espiritualidad, es una parte integrante; no más.  

A veces las estadísticas sirven, no para culpar. Si para hacer notar que la economía; es también un pilar del desarrollo. La familia es la institución de seguridad social más importante, dijo el presidente. La espiritualidad, es el grano de sal que da sabor a la vida. La educación, es una pieza clave en el mapa de la felicidad. Sin embargo, la inseguridad sigue a la orden del día. ¿Qué hacer? El país se desmorona, los empleos se pierden. La seguridad, es inexistente.    

Mis queridos lectores, “La espiritualidad es el grado de sal que da sabor a la vida” alguien sugirió la insurrección directa, no comulgo con la idea; pero podría ser la única salida. Volver a trabajar, poner la confianza en alguien más que un hombre.

La pandemia ha hechos sus estragos, pero más en el tema económico. Estamos cerca del punto de no retorno, refiere David Paramo. Si la cadena económica sigue rota, no habrá mucho que hacer después. ¿Estamos dispuestos a perder?

Perder, digo más de lo que se ha perdido. Quinientos mil empleos formales, la espiritualidad es esencial; aunque sin dinero es más difícil ser espiritual.  Necesitamos: empleo, movilidad, enfocar la mente para poder avanzar.

Se ofrecen dos millones de empleos, menos quinientos mil. Hagamos lo propio, todos necesitamos dinero. Es tiempo de: trabajar, de leer, de escuchar. Comenzar con cautela, no es tener menos miedo. Es buscar bienestar, para todo un pueblo.

Al fin de la columna, no me voy sin decir; hay que ser Espirituales. La cadena sigue rota, la FE cambia las cosas. No confíes en el hombre, el traiciona. Confía en  aquel, que con su Palabra Transforma. Él es Dios, la más fina persona.

Conocer el amor, nos convierte en poetas. Ahora puedo advertir, hablar del corazón. No me hizo menor, no hay un verso perfecto. No hay poesía sin dolor, menos felicidad sin esfuerzo. Trabaja por la paz, no te rindas jamás; si podemos.  

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