AL VUELO/ Por Pegaso 

Opinión

Eufemismos 

Los seres humanos, pero especialmente los seres mexicanos, somos muy dados a los eufemismos. 

Usamos eufemismos porque no queremos decir lo que queremos decir. O sea, disfrazamos las palabras con otras socialmente más aceptables para sentirnos menos mal. 

Pero sucede que en el transcurso del tiempo, el uso constante de un eufemismo acaba por hacernos olvidar cuál es el origen de esa palabra, y ya después la utilizamos como si se tratara de algo totalmente diferente. 

Si mis dos o tres lectores no me han entendido, no los culpo, porque ni yo me entiendo. 

Pero con un ejemplo podemos salir de la duda. 

La frase: “No manches”, se usa actualmente como respuesta a una acción o una afirmación de un tercero que desaprobamos. 

Pero su origen viene de la frase: “No mames”, cuyo significado es equivalente, con la salvedad de que el verbo “mamar” se utiliza en México como sinónimo de felación. 

Algunos piensan que el origen de “mamar” es la lactancia infantil, y entonces el significado real sería: “No seas infantil”. 

Y así, cuando El Vítor le dice a La Nacaranda: “¡No manches, Nacaranda!”, le está diciendo que se abstenga de mantener una actitud pueril. 

A ver si aprendieron la lección: ¿Podrían decirme el significado de esta otra frase de El Vítor?: “Entonces qué, bizcochito, ¿cuándo le ponemos su glaseada a la dona?” 

Fíjense. La frase “Parió chayotes” se refiere a una acción que alguien llevó a cabo con gran dificultad y su origen no tiene ningún misterio. 

Cuando decimos: “Ya chupó faros” significa que alguien murió o falleció, porque cuando salió la marca de cigarrillos “Faros” se consideraban tan chafas que era casi un suicidio fumarlos. 

“Aguanta vara” se le dice a alguien que está soportando un castigo o realiza un enorme esfuerzo. Dícese que su significado proviene de la época de la esclavitud, cuando el hacendado mandaba castigar con una vara de membrillo cuando alguno de sus cautivos se le alebrestaba. 

“¡Cámara!”, por otro lado, es un sustituto popular de “¡Cálmate!”, por el parecido de su primera sílaba. 

“Vamos a sacarle la sopa a alguien”- es extraerle información a una persona. Se entiende que es porque hay un tipo de sopa de letras, y las letras forman palabras, frases e ideas. 

Si decimos: “Esto está de la patada”, quiere decir que está muy mal, en alusión a los puntapiés que recibe una pelota en un partido de futbol. Nosotros nos podemos en lugar de la pelota y por eso decimos que una situación está de la patada. 

“Esta noche cena Pancho”. Otro eufemismo muy utilizado por la mexicanada. ¿Saben qué quiere decir? Se los dejo de tarea, pero a mí se me hace que Pancho traía algo de hambre y llegó a su casa con ganas de mitigar su apetito. 

“No te hagas güey”, por otra parte, se le dice a alguno que pretende hacerse el tonto sobre determinado asunto o tema. El buey es un animal torpe y testarudo, como muchos que andan por ahí en la vida. 

“Ya estufas de gas butano”. Equivale a decir, “Ya estás”, por la similitud de la primera sílaba, más el agregado que le da sentido a una frase que de por sí es harto confusa. 

Cuando alguien dice: “¡Hasta que te cayó el veinte!”, lo que realmente pretende decir es: “¡Hasta que lo comprendiste!” Dícese que “caer el veinte” proviene de las rocolas que a mitad del siglo pasado se usaban en las fiestas y cantinas. Le echaban una moneda de veinte centavos y tocaba un disco de vinilo. 

Bueno, hasta aquí mi colaboración de hoy y como siempre, termino con el refrán estilo Pegaso que a la letra dice: “Permanecí de manera similar al cánido de ambas hogazas de pan rellenas con un alimento procesado”. (Me quedé como el perro de las dos tortas). 

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