Tamaulipas: sus alcaldes y sus alcaldías
MORENA Tamaulipas, tiene dos tareas fundamentales para el 2024: ganar sin objeciones, las diputaciones federales -junto a las senadurías- y las diputaciones locales. La primera asignatura, es para darle oxígeno al próximo presidente de la república para profundizar la IV T en el país; la segunda obligación, es otorgarle uno de los instrumentos de gobernabilidad a la administración de Américo Villarreal Anaya: la mayoría en el Congreso local.
Se ve sencillo.
Si se confía en la inercia de la ola del lopezobradorismo, puede haber sorpresas y sorprendidos.
Es posible, que el poder y el magnetismo de AMLO, apuntale -sobre todo por el énfasis que pondrá el presidente, para obtener mayorías en el Legislativo federal- saque a flote la mayoría de las ocho diputaciones y las dos senadurías de la entidad.
El asunto, está en las diputaciones locales.
Esos espacios, será un terreno en donde se desplegarán los intereses de los grupos de gobierno micro-regionales; y, sobre todo: territorio fértil para los designios de los alcaldes y los candidatos a alcalde.
De otra forma: el dirigente real del lopezobradorismo, tiene la obligación estratégica de conciliar con los más poderosos presidentes municipales del estado. No es desproporcionado, afirmar que la mayoría congresal futura está en manos del trabajo de los jefes edilicios.
¿Acaso los ediles, son súper políticos?
No, no lo son.
Lo que sí son: propietarios de una red clientelar en las sociedades donde gobiernan y dueños de recursos humanos y materiales que ayudan a los aspirantes a diputados locales; es una tradición del sistema político, que los candidatos al congreso local, son remolcados de diferentes formas por el alcalde en turno y la cabeza de la fórmula que pelea el Ayuntamiento.
Ese capital político -logístico, material y financiero- no es tan sencillo soslayarlo.
Algunas vertientes morenistas, por razones evidentes -pesos y centavos- están poniendo énfasis en la batalla por las presidencias municipales. Creen que esa dinámica, les permitirá el control político de la entidad.
Equivocación.
El real control político y financiero de la administración, pasa por obtener la mayoría calificada en el poder Legislativo tamaulipeco. De otra forma: la estrategia funcional, política, pasa necesariamente por acuerdos, consensos, con los alcaldes, actuales y futuros.
¿Garantiza un candidato, la obtención de las diputaciones locales y federales en su terreno?
Si la respuesta es afirmativa, ése es el candidato.
¿Es un riesgo un aspirante a alcalde, para la obtención de las diputaciones en sus dominios electorales?
Si la respuesta, es sí: no es el candidato idóneo.
Ejemplifiquemos para ilustrar: si se deja ir en Reynosa a los Makyiavélicos de MORENA, estarían en peligro cuatro diputaciones locales y al menos, una federal. Se infiere: es menos costosa una reelección por la IV T, que el resultado bastante caro, de centrifugar bajo cualquier justificación a Maky y a su vástago.
Misma circunstancia en Matamoros.
Similar escenario en Nuevo Laredo.
Igual entorno en Madero.
Semejante reacomodo en Altamira.
Son cinco regiones, de alta explosividad para MORENA.
Muchos esperan, que la lógica gubernamental pase de la operación jurídica, a la instrumentación política. Hay que superar la óptica prioritaria de las monedas, por la praxis del entendimiento político.
Parafraseando a la raza del ejido Río Bravo:
-El pedo está en el Congreso.