Calorón
¡Arrepiéntanse, pecadores!
Este calorón no es nada, comparado a como vamos a estar a mediados de julio y en agosto con la canícula.
Lo cierto es que, según los modelos meteorológicos, el fenómeno El Niño provocará no solamente altas temperaturas, sino también una actividad ciclónica mayor que lo normal.
Por lo pronto, en los últimos días se ha disparado el consumo de energía eléctrica, porque todo mundo quiere estar fresquecito en su casa u oficina, con el aire acondicionado a todo lo que da; o los que no tienen aire acondicionado, con un chorro de abanicos que avientan puro aire caliente.
Tal demanda de fluido produce sobre carga de los circuitos eléctricos y fallas en varios sectores de la ciudad.
En las redes sociales empiezan a surgir los ingeniosos memes, por ejemplo, aquel comentario que hacen algunos donde colocan un minisplit con la leyenda: “Fulano acaba de poner un aire acondicionado en el grupo”.
Y en otros, se ve a un peladito que intenta desesperadamente hacer girar las aspas de un destartalado abanico de pedestal.
Hasta un dibujo donde San Pedro le dice a Dios: “Se te está quemando algo en el horno”, y el aludido contesta: “Son los de Reynosa, por mamones”.
Otro que me gustó es el de un sistema solar, con los planetas y el sol. Se ven todos ellos, pero en el lugar más cercano, donde debería estar Mercurio, está un mapa de Tamaulipas.
La imaginación de la raza parece no tener límites, en cuanto a burlarse de todo y de todos.
Lo que sí se toman en serio es cuando comentan que en esta ciudad, como en muchas otras, la delincuencia organizada tiene acuerdos con miles de personas para pagar menos por el consumo de electricidad, con la complacencia de la CFE.
Esto, a la larga, hace que los picos de consumo se eleven y lleguen a superar la capacidad instalada y por consiguiente, se producen los molestos apagones.
Y por supuesto que los que tienen la culpa son los mismos usuarios tramposos que se prestan a ese tipo de chanchullos. Pero resulta que son los que más se quejan.
Si hasta ahorita las temperaturas más altas en esta región no han superado los 40 grados centígrados, ¿qué será cuando llegue a los 45 y la sensación térmica sea de más de 50 grados? Nos vamos a volver locos.
Pero así, como estamos en estos momentos, hay muchas personas que prefieren el calor que el frío.
Yo, en lo personal, ya extraño aquellos fresquecitos de diciembre y enero, cuando tenía que ponerme una pedorrera, suéter, abrigo y hasta bufanda.
Siendo la zona norte de Tamaulipas tradicionalmente extrema en cuanto a clima, por ser semidesértica, no extrañe a nadie que el cambio climático empiece a provocar situaciones aún más extremas.
Si por mí fuera, estaría en Cancún, Acapulco, Vallarta o cualquier otro puerto paradisíaco, a la sombra de una palmera, rascándome la barriga, tomando un refrescante coco con ginebra, viendo las olas y las gaviotas revolotear en el aire.
Lo que me recuerda que el año pasado, en un evento que se realizó en la Cámara de Comercio, unos representantes de Acapulco vinieron a promocionar el puerto para que más gente del norte los visite.
Y entre otras cosas, nos regalaron como cortesía el hospedaje en un hotel de buena categoría, creo que dos días y tres noches con desayuno continental incluido.
Aún estoy pensando si aceptaré la oferta para mojar mis alitas en las cálidas aguas de Caleta y Caletilla.
Viene el refrán estilo Pegaso: “En el océano la manifestación vital es mayormente apetecible”. (En el mar la vida es más sabrosa).