Arreglado Matamoros

Opinión

Por Oscar Díaz Salazar

“La visión de los vencidos” es el título de un libro de Miguel León Portilla, que tengo interés en leer. No me quiero morir sin cumplir con este propósito. De acuerdo a las reseñas de este texto, se trata de la historia de la conquista de los españoles, de lo que hoy es México, desde la perspectiva de los perdedores, de los sometidos.

La frase me gusta porque de cierta forma válida la expresión que señala: “la historia la escriben los vencedores”, pero aunque se escriban y se transmitan las historias que cuentan los ganadores, persiste el relato de los que perdieron, de los que fueron derrotados, de los que no lograron el éxito.

Luego de citar a León Portilla y de explicarles el origen de la frase que da título a su libro, les comento que tuve oportunidad de conversar con uno de los más cercanos colaboradores de César Augusto Verástegui, El Truco, durante la campaña a la gubernatura del Estado, que perdieron frente a la coalición del Verde, PT y morena.

De acuerdo a este personaje cercano al Truco, les faltó tiempo para consolidar el crecimiento que tuvo, en la intención de voto y en la aceptación popular, el candidato Verástegui Ostos.

La diferencia y el gane para morena se lo dieron los votos de la frontera, muy especialmente los de Matamoros, en donde la delincuencia organizada recurrió a la intimidación a sus simpatizantes y operadores y a la compra indiscriminada de votos.

Agrega mi fuente que el CDG, o como sea que se llame el grupo delincuencial, fue el verdadero operador del triunfo en Matamoros, y no el presidente municipal Mario López, como se ha pretendido hacer creer.

El apoyo de “los muchachos” a la campaña opositora (el PAN gobernaba) no implica necesariamente pactos con los partidos o candidatos opositores, y más bien se explica por los desencuentros que tuvieron durante seis años con el gobernador Cabeza de Vaca.

Desde la visión de los vencidos, que han tenido mucho tiempo para analizar las causas de su derrota, la debacle del Truco fue en el norte, arreglado en Matamoros, y no por mérito de La Borrega.

Detalles como el que les cuento en esta ocasión, son útiles para entender el “enfriamiento” de las relaciones entre el gobernador y el alcalde de Matamoros, así como de esa salida en falso del Ayuntamiento para buscar, -sin éxito-, la candidatura al senado de la república.

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