EL SINODAL DE TAMAULIPAS
Estado de México.- El volcán Popocatépetl, ubicado entre los estados de Puebla, Morelos y el Estado de México, ha mostrado una intensa actividad en las últimas 24 horas, durante las cuales se han registrado 50 exhalaciones, un sismo volcanotectónico y tres horas y media de tremor, de acuerdo con el informe emitido este lunes 10 de julio por el Centro Nacional de Prevención de Desastres (CENAPRED).
La actividad volcánica de este coloso ha incluido exhalaciones de vapor de agua, gases volcánicos y ligeras cantidades de ceniza. A su vez, el tremor registrado, una señal sísmica continua y rítmica que generalmente precede o acompaña a las erupciones volcánicas, sugiere el movimiento de magma a varios kilómetros de profundidad dentro del volcán.
“Los sistemas de monitoreo detectaron 50 exhalaciones, así como 213 minutos de tremor de baja a media amplitud, y un sismo volcanotectónico registrado ayer a las 22:45 h (tiempo local) con magnitud de 1.4”, indica el reporte del CENAPRED.
La actividad del volcán ha provocado también una ligera caída de ceniza en los municipios de Amecameca, Ayapango, Temamatla y Tenango del Aire, en el Estado de México, según informó el Centro Nacional de Comunicación y Operaciones de Protección Civil (CENACOM).
El Cenapred mantiene el Semáforo de Alerta Volcánica del Popocatépetl en Amarillo Fase 2, lo que anticipa la posible continuidad de la actividad explosiva de escala baja a intermedia, la caída de ceniza de leve a moderada en poblaciones cercanas, así como la posibilidad de flujos piroclásticos y de lodo de corto alcance.
Frente a esta situación, el organismo dependiente de la Coordinación Nacional de Protección Civil (CNPC) emite recomendaciones para la población, entre las que se encuentran el uso de pañuelos o cubrebocas para cubrir la nariz y la boca, la limpieza de los ojos y la garganta con agua pura, el uso de lentes de armazón y la permanencia en el interior de las viviendas.
Además, se reitera la advertencia de no ascender al cráter del volcán, ante la posibilidad de explosiones que arrojen fragmentos incandescentes, y de alejarse de los fondos de barrancas en caso de lluvias fuertes, para evitar el peligro de flujos de lodo y escombro.