Ausente de autoridad moral, el sector más influyente de la oposición acude a una mujer como probable candidata presidencial. En este caso el panismo debiera agradecer a AMLO la proyección de Xóchitl Gálvez. Y es que su promoción tuvo origen justamente en diversas “mañaneras” con tanta insistencia, que lo iniciado como una broma se convirtió en la opción en tiempos de crisis.
La dama es respetable pero la responsabilidad que pretende asumir está más allá del desenfado con el cual enfrenta la situación. No es lo suficientemente seria ni siquiera para competir con las proposiciones de los otros partidos que conforman la alianza maldita. PRI y PRD tienen en los suyos(as) la creencia de que el abanderado(a) saldrá de sus filas a pesar del rechazo manifiesto de la mayoría votante que sin duda el próximo año ratificará su desprecio por el neoliberalismo ladrón y corrupto.
Doña Xóchitl es un artículo inflado, primero por AMLO, después por el grupo encabezado por Claudio X. González que a falta de prospectos explotan la supuesta inocencia de una persona que, dicho por ella misma, jamás soñó con el protagonismo que aturde a sus adversarios (as) al ser materia obligada de medios de comunicación y “anolistos” al servicio de la minoría rapaz.
La senadora disfruta el momento, es un tanto ingenua, pero nada tonta. Sabe que esto es como un sueño de hadas y puede caer de su carroza en forma de calabaza en cualquier momento. Por ello no solicita licencia ni adquiere compromisos más allá de lo que las circunstancias tengan a bien ofrecerle. Está lista para aparecer en bicicleta, armar borlote fuera de palacio nacional o demandar bajo cualquier pretexto a López Obrador con la seguridad de que “dará la nota” capitalizando así su objetivo publicitario gratuito.
Hasta ahora no sabemos de programas relacionados con el futuro del país. A lo mejor no le alcanza el tiempo para tal propósito con todo y que capacidad no le falta. De ahí que la élite protectora haya contratado a José Ángel Gurría como encargado de idear la máscara que oculte la verdadera intención de los conservadores, es decir, reciclar el viejo esquema neo porfirista por el que se adueñaron de la república destruyendo la industria de propiedad social al tiempo que entregaban nuestros recursos naturales al gran capital.
Se ve y se siente que Xóchitl está feliz del “apapacho” reaccionario. Es como el regalo que a sus sesenta años empuja hacia logros mayores aun a sabiendas de que puede ser parte de la simulación e hipocresía de quienes ahora le sonríen, pero están prestos a apuñalearla por la espalda al menor descuido.
Sea como fuere Xóchitl es producto de la sequía neoliberal. Y ni modo que sea invento.
QUE HABLE LA JUSTICIA…
Habrá que estar pendientes de las demandas judiciales contra el panismo pandilleril que recién atacó al compañero Inés Figueroa Vitela y violentó al poder legislativo. Existen un sinnúmero de pruebas y evidencias del salvajismo con que actuaron los partidarios de la fracción azul atentando contra la integridad física de un representante del gremio periodístico en ejercicio de la libertad de expresión.
Estar atentos digo, esto no puede quedar en un “usted dispense”. Se trata de que la autoridad actúe con la energía necesaria que sirva de escarmiento a quienes quedaron acostumbrados a resolver todo por medio de la fuerza sin importar atropellar a las instituciones o causar daño a los que rechazan y critican la rudeza y la barbarie de la anterior administración.
Es un asunto de dignidad ciudadana que obliga a no dar un paso atrás observando de cerca la actitud de los encargados de impartir justicia. Se trata de que la ley se imponga sobre el influyentismo y la impunidad. Que sea para bien del Tamaulipas que se transforma.
SUCEDE QUE
Entiendan que Tamaulipas dejó de ser el viejo oeste.
Y hasta la próxima.