La reinserción de González Valderrama
¿Es viable, la reinserción de Rodolfo González Valderrama en el sistema político regional?
Totalmente.
Y más: necesariamente apremiante.
El lento proceso de aterrizaje de la IV T en Tamaulipas, -producto de privilegiar, la ruta jurídica para lograrlo a plenitud con un deficiente equipo legal, relegando las herramientas políticas del gobierno estatal-, ha puesto focos rojos en presidencia de la república.
El ineficiente manejo de los programas sociales del lopezobradorismo en la entidad, que son el instrumento más potente de legitimación de la Cuarta Transformación, a punto del colapso; una clase política, con visión reduccionista y con ambiciones aldeanas; un partido guindo, en el poder, pero desarticulado y cada vez más distante de las militancias; un Congreso local, en permanente incertidumbre y con rumbos confusos, configuran una amalgama oscura para los candidatos a las alcaldías, diputaciones y senadores el 2024.
Se infiere: para la IV T, es de vital importancia, un golpe de timón que genere un paisaje sociopolítico amigable para AMLO y sus correligionarios en la comarca.
¿Cómo lograr ese esperanzador reacomodo?
¿Cambiar la dirigencia de MORENA?
¿Arrebatar la mayoría absoluta al PAN en la Legislatura?
La ley imposibilita cambiar de líderes partidistas; y en el Congreso, hay que acostumbrarse: el resto de las sesiones parlamentarias, serán de rompe y rasga; de vaivenes en el control del pleno.
El único camino, que podría abonar con claridad el re-direccionamiento de la IV T tamaulipeca, es la postulación de candidatos a alcaldes, legisladores y senadores, que posean características de liderazgo para dar el tirón y amacizar la IV T en el estado.
Ese puede ser uno de los motivos racionales, para el retorno de González Valderrama a Tamaulipas.
El desafío que enfrenta hoy, y enfrentará en el futuro la IV T en la entidad, es tan diversamente complicado que no puede ser responsabilidad de un solo hombre; la estocada final al cabecismo, sólo puede ser tarea de un bloque de fuerzas locales y nacionales, para desterrar esa pesadilla.
El cogobierno futuro no es un sueño, ni es una especulación.
Es una necesidad.
Las ocho postulaciones a diputado federal; las dos candidaturas a la senaduría, es de preverse, serán representantes de diferentes corrientes sociopolíticas del estado, y vinculados a diversos factores de poder locales y nacionales.
De igual forma, hay que esperar sorpresas en algunos Ayuntamientos.
Y cómo no: la secretaria de Bienestar, amarró navajas con todas las corcholatas con el factor hegemónico en el estado.
Es de esperarse: alguien tendrá que pagar esos costos.
¿Quién les va a decir que no, a candidatos recomendados de las tapa-roscas perdedoras?
Lo relevante de esa nueva correlación de fuerzas que vienen, es el saneamiento de la vida pública tamaulipeca. Se delineará un positivo entorno de pesos y contrapesos, que hará funcionar con mayores perfecciones el sistema sociopolítico regional.
La época de los Virreyes, -iniciada por Tomás Yarrington- terminó con Cabeza de Vaca.
Demos la bienvenida, a un nuevo orden sociopolítico estatal.
Sin duda: otro beneficio de las políticas anti-neoliberales trazadas por AMLO.