Por Verónica Pérez/ EL SINODAL DE TAMAULIPAS
Reynosa, Tam.- Cuando la Cámara Nacional de Comercio y Servicios Turísticos de Reynosa, eligió a Cecilia Bueno Salazar, como Presidenta hace cosa de cuatro meses, se presumía que al fin desertaría a los infiernos, el mismo grupito que durante años ha manejado a ciencia y paciencia el timón de este organismo.
El escaso tiempo transcurrido bastó para que los mismos de siempre, los perfumaditos, se encargaran de esculcar la papelería y apuñalaran por la espalda el intento de democratización, ejerciendo violencia de género y arbitrariedad absoluta, pretextando supuestas irregularidades administrativas.
La decisión de los 1,200 socios que se presume tiene afiliados la cámara y que votaron en el proceso reciente en el que le habían negado el derecho de reelegirse a Roberto Cruz Hernández, valieron sorbete, cuando apenas cinco o seis consejeros activos o ex presidentes, tomaron la decisión salomónica de echar fuera a Cecilia Bueno, bajo el argumento de que tenía inconsistencias en sus manejos.
Hoy mismo, sin más ni menos, luego de “consensar” una decisión que ya habían manejado desde el primer día, Gildardo López Hinojosa, sin mayor mérito, retomó la presidencia, pasando por el arco del triunfo la serie de pruebas que estaba exhibiendo la dirigente auténtica, que había previsto otorgar la oportunidad a una mujer para manejar el organismo, que ahora se ve, está repleto de revanchismos y misoginia por la forma en que se dieron las cosas.
Un notario público, días atrás había tomado nota del despojo de la dirigente para dejar a Advento Sosa Garza, su esposa Romelia y otras personas de cuestionable prestigio quedarse de nuevo a vegetar en la CANACO, que lleva más de 15 años sin crecer, siempre manejada por los mismos intereses.
Gildardo, ya fue presidente, igual que su padre Mario López Villarreal al que siguió también su hijo Mario Jr., nada han hecho en beneficio del organismo igual que otros ex presidentes, sino medrar políticamente en busca de cargos que angustiosamente han llegado, pero solo por designación, porque no hay carisma y porque ya se conoce que no hay mucha capacidad creativa para desarrollarse en esos menesteres.
Cecilia, había realizado una serie de convenios con instituciones médicas, con el gobierno del estado a través de Desarrollo Económico, pero los consejeros “cuentachiles”, se hicieron los ofendidos porque no se les tomó en cuenta a ellos y la maniataron para que desluciera en su papel de gestora.
La CANACO Reynosa, cae de nuevo en un bache aún más grande que las ambiciones de sus eternos beneficiarios, pues ya se hablaba hoy mismo de una desbandada similar a la que se produjo hace años cuando echaron fuera a brillantes líderes del comercio organizado como Camilo Martínez Cortés, Cesar Martínez, el contador Donato Garza y muchos otros que en su tiempo no pudieron con la mafia de los “intelectualoides” seudo líderes que ahora si se bañaron, al no solo cesar arbitrariamente a su presidenta, sino crearle fama de maleante, arrojando al aire la daga, que seguros estamos, en breve volverá del cielo en busca de los traidores.
