EL SINODAL DE TAMAULIPAS
Ciudad de México.– La carencia de alimentación nutritiva y de calidad de la población mexicana disminuyó 4.3 puntos porcentuales en 2022 frente a 2020, cuando la limitación en la dieta por acceso tocó el punto más alto desde que se hacen mediciones, según el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).
De acuerdo con las estimaciones en pobreza multidimensional del año pasado, 23.4 millones de personas experimentaron limitación en el consumo de alimentos, es decir, tuvieron una dieta pobre o restringida, considerando la frecuencia de consumo y la diversidad de 12 grupos de comestibles.
La cantidad de personas que padecieron esta carencia en 2022 representaron 18.2 por ciento, menos que dos años atrás, cuando fue de 22.5 por ciento, la cifra más alta para este indicador.
En 2020, cuando comenzó la pandemia de covid-19, la proporción superó el 22.2 por ciento reportado en 2018, último año de la administración de Enrique Peña Nieto.
El dato más reciente destaca no sólo porque significó reducción frente al resultado de 2020, sino porque es menor al observado en 2016, que fue de 21.9 por ciento. Lo anterior significa que en seis años la población que experimentaba acceso limitado a alimentación nutritiva y de calidad pasó de 26.5 millones de personas a 23.4 millones.
De acuerdo con el Coneval, casi siete de cada 10 personas en México vivieron con seguridad alimentaria, definido por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura como el acceso físico y económico a suficientes comestibles inocuos y nutritivos para satisfacer sus necesidades alimenticias para desarrollar una vida saludable.
En tanto, 17.7 por ciento de la población experimentó inseguridad alimentaria leve, es decir, careció de acceso a comida en primera escala.
Sin embargo, 9.9 por ciento de los habitantes del territorio nacional vivieron inseguridad alimentaria moderada y 6.4 por ciento experimentó la condición más grave de la falta de alimentos.
El organismo destacó que del total de la población, 3.5 por ciento sufrió limitación en el consumo de alimentos.
En 2022, el porcentaje de población que careció de acceso a seguridad social fue de casi la mitad, aunque fue menor al 52 por ciento de 2020. Además, seis de cada 10 integrantes de la población ocupada no tuvieron acceso directo a esta prestación.
Asimismo, 29.3 por ciento de la población de 65 años o más percibió un ingreso menor al monto considerado como línea de pobreza extrema, pues no se trata de personas jubiladas o pensionadas.