Además de la elección presidencial, en el 2024 Tamaulipas renovará 89 cargos de elección popular: Dos Senadurías, ocho Diputaciones Federales; 36 Diputaciones Locales (22 de mayoría y 14 plurinominales) y 43 Ayuntamientos.
De esos carteras, actualmente el partido gobernante en Tamaulipas, MORENA, tiene las siguientes:
Dos senadurías
Seis diputaciones federales con la suma de aliados del PT y PVEM: Nuevo Laredo, Reynosa (2) , Río Bravo, Matamoros y Madero.
Trece Diputaciones Locales de Mayoría y tres plurinominales.
Nueve alcaldías, siete a través de candidatos propios Nuevo Laredo, Reynosa, Matamoros, Victoria, Altamira y Madero; y dos más con candidatos postulados por su aliado el PT en Díaz Ordaz y Soto la Marina.
De los 43 Ayuntamientos el PAN ganó 29, entre los más importantes Tampico, El Mante, San Fernando, Valle Hermoso, Miguel Alemán, González, Aldama y Xicoténcatl. Y aunque ha perdido el control en Hidalgo, Mainero, Villagrán, San Carlos y San Nicolás por problemas con grupos locales, sus siglas siguen vigentes en el resto.
El PRI gobierna en cuatro: Abasolo Jiménez, Güémez y Nueva Ciudad Guerrero.
En tanto que un alcalde independiente gobierna en Jaumave.
Esa es la radiografía de las urnas en las anteriores elecciones federales y locales en Tamaulipas y por tanto el antecedente del que deben partir los institutos políticos que participarán en la contienda.
Se trata de la elección intermedia más grande en la historia de Tamaulipas, pues se elegirán todos los cargos con excepción de gobernador de la entidad.
Por lo tanto, es un reto mayúsculo para el partido gobernante en la entidad y su jefe político, el Doctor Américo Villarreal Anaya.
Históricamente, la elección intermedia ha sido complicada para los gobernantes en turno porque han actuado de manera caprichosa, tratando de imponer a sus amigos y familiares como candidatos, sin escuchar a la comunidad y a los grupos regionales.
La soberbia y el exceso de confianza Manuel Cavazos Lerma, Tomás Yarrington Ruvalcaba, Eugenio Hernández Flores, Egidio Torre Cantú y Francisco García Cabeza de Vaca, les dieron lecciones duras.
Hay factores adicionales a considerar para las definiciones de las 89 candidaturas en mención.
La apertura a una contienda interna entre cuatro prospectos cercanos a Andrés Manuel López Obrador para seleccionar a quien será el abanderado presidencial de morena, está ocasionando división y encono en los grupos regionales.
Se aprecia más entre los impulsores de Claudia Sheinbaum, identificados plenamente con el mandatario estatal; los que sirven de plataforma a Adán Augusto López Hernández; así como los seguidores de Marcelo Ebrard Casaubón.
Las heridas que dejará ese «corcholateo» tendrá su efecto en la pugna por las candidaturas a las senadurías, diputaciones federales, Diputaciones Locales y alcaldías.
De tal forma que exigirá una operación cicatriz del mejor equipo de «cirujanos» del morenismo en la entidad, para que no tenga los impactos nocivos en las urnas.
Debe tenerse siempre presente que es la oportunidad de oro para recuperar el control del Congreso Local para la causa morenista, luego de que se los arrebató el panismo con una «jugada postelectoral de mucho peso y pesos», que no han podido revertir.
E igualmente, que para blindar al López Obradorismo, si es que alcanzan a visualizar ese reto, hay que asegurar el control de las Cámaras de Diputados Federales y la de Senadores, que estarán en el juego electoral.
No hay que menospreciar al panismo tamaulipeco, aparentemente en picada no solo por el mal gobierno en el sexenio pasado y el tropiezo de quien fuera el titular del Poder Ejecutivo Francisco García Cabeza de Vaca, en el intento por ser el candidato presidencial del Frente Amplio por México.
Sin duda, el reynosense irá con todo lo que quede de su grupo, de sus aliados de todo tipo y sus recursos ( que no son pocos) para retener el Congreso Local y que continúe su blindaje, así como recuperar posiciones en las alcaldías grandes de la entidad.
Todos esos elementos, entre otros, deben ser valorados con inteligencia para hacer el diagnóstico más certero de la operación política que MORENA aterrice en Tamaulipas.
Un escenario en el que el Frente Amplio por México, con alguno de sus posibles candidatos crezca y se aproxime en la contienda electoral presidencial, tendría una efecto dominó en el resto de las posiciones, de ahí que se requieran candidaturas sólidas, con cuadros políticos ganadores, avalados por la base social y no improvisados, malos o vanos.
En la lucha político-electoral por la continuidad de la Cuarta Transformación en México, pero en particular en Tamaulipas, todos los grupos cuentan.
Cualquier fractura, división, exclusión o ausencia voluntaria en la oleada guinda que permitió la derrota del panismo en la reciente elección de gobernador, podría ser letal.
Hay que recordar que la mayoría de las victorias que permitieron hacer las mayorías, fueron por rangos de dos, tres, cuatro o cinco puntos.
Hay que hacer números, practicar las matemáticas co todas sus operaciones sumas, restas, divisiones, multiplicaciones.
El reto Moreno para el 2024 es mayúsculo.
No es tiempo de ensayos.
De experimentos.
O de formación de nuevos cuadros.
Hay que afianzar la unidad.
Que el «corcholateo» no la quebrante.
Y que todos los grupos queden adentro.
Para de ahí escoger a los mejores elementos para cada candidatura.
Tiempo de neuronas (células del cerebro).
No de cardiomiocitos (células del corazón).