Al Vuelo/ Por Pegaso

Opinión

Rasputín

Vivió un hombre en Rusia hace mucho tiempo. Era grande y fuerte y sus ojos resplandecían como llamas. La mayoría de la gente lo miraba con horror y con miedo, pero para las chicas de Moscú era encantador.

Predicaba la Biblia como un pastor, lleno de éxtasis y fuego sagrado, pero también era el tipo de maestro que las mujeres deseaban.

Rasputín, amante de la reina rusa; era la mayor máquina de amor. Fue una pena como siguió adelante.

Son las primeras estrofas de la canción Rasputín, de un grupo llamado “Boney M”, que tuvo cierto éxito a finales de los setenta y principios de los ochenta.

Pero, ¿se dan cuenta que Rasputín, el hombre fuerte, el monje hechicero que dominó a su placer al zar de Rusia y su familia tiene gran similitud con el actual Presidente Putín?

Abundan videos donde éste último realiza diferentes hazañas físicas, gracias a su entrenamiento en artes marciales, además de que presume de ser un semental y tener un gran pegue con las damiselas.

Rasputín y Putín. Se podría hacer un libro completo sobre las coincidencias entre ambos.

Claro, con algunas pequeñas diferencias, por ejemplo, a Putín se le ven las lonas y Rasputín era greñudo, sucio, maloliente y malhablado.

En lo demás, tienen mucho parecido. Líderes carismáticos, mirada de loco, demasiado poder en una sola persona, el impenetrable misterio que rodea sus vidas…

Si yo fuera conspiranoico diría que Putín es la reencarnación de Rasputín, pero prefiero no darles ideas a Jaime Maussán y a otros que sí viven y se han enriquecido con la credulidad de la gente.

En Internet y en las redes sociales los usuarios empezaron a subir videos del grupo “Boney M”, precisamente con la canción “Rasputín”, acompañando algunas imágenes de Putín realizando diferentes actividades de gobierno.

Para los que saben interpretar los mensajes y están familiarizados con el metalenguaje, esa es ciertamente una comparación entre ambos personajes y lo que los autores de tales videos quieren decir es, precisamente: “Se parecen mucho” e incluso, muy veladamente “es el mismo sujeto”.

¿Ý saben cómo murió Rasputín? Tras varios intentos de asesinato por parte de miembros de la realeza, finalmente cayó en una trampa donde se le dio de beber cianuro.

Al ver que no moría por el veneno, los complotistas le cerrajaron varios balazos, los cuales tampoco lo mataron. Sin embargo, una de esas balas le atravesó el cráneo y fue como murió el carismático y misterioso monje.

Su cuerpo fue arrojado al río Nevá y después fue rescatado para su sepultura. Más adelante se exhumó el cuerpo y fue cremado. Sus cenizas fueron esparcidas en el bosque de Pargolobo, cerca de San Petersburgo, donde 36 años más tarde nacería Vladimir Putín. (¡Juar, juar, juaaaar! Eso no es completamente cierto. Solo lo digo para darles elementos a los conspiranoicos).

Viene el refrán estilo Pegaso: “Tu malevolencia es superior a la del tejido magro de porcino”. (Eres más malo que la carne de puerco).