Roma.- Italia reabre sus fronteras a los turistas europeos este miércoles, un mes después de la reanudación progresiva de la actividad en el país que espera, con la llegada del verano, salvar su industria turística, un sector clave de su economía socavado por la pandemia.
Las góndolas pueden surcar los canales de Venecia, los enamorados imaginarse que son los nuevos «Romeo y Julieta» en los balcones de Verona. Desde el lunes, el Coliseo de Roma o los Museos del Vaticano reciben de nuevo a los visitantes.
En la hostelería temen que los turistas no lleguen este año a Italia, uno de los países de Europa más afectados por la pandemia del nuevo coronavirus que ha dejado más de 33 mil 500 muertos, con Lombardía (norte) como el epicentro europeo de la pandemia.
El gobierno autoriza también este miércoles 3 de junio la libre circulación entre las regiones, pero se mantienen las prohibiciones de grandes congregaciones y la obligación de llevar mascarilla en los lugares cerrados y en los transportes públicos.
«Punto caliente»
El domingo, el célebre médico Alberto Zangrillo suscitó la polémica al asegurar que el virus había desaparecido y que es hora de dejar de «aterrorizar» inútilmente a la población, provocando la indignación de las autoridades y de otros científicos, muchos de los cuales están en contra de una autorización prematura de los viajes entre regiones y procedentes del extranjero.
La crisis sanitaria «no ha terminado», alertó este martes, día de la fiesta nacional, el presidente de la República, Sergio Mattarella, que elogió la «unidad» de su país ante el «enemigo invisible».
Desde Codogno, en Lombardía, donde surgió el virus a mediados de febrero en Italia, Mattarella exhortó al país a levantarse con la «solidaridad y valentía» que demostró en estos tiempos difíciles.
Italia impuso el confinamiento a principios de marzo esto y desde entonces ha visto caer el número de casos regularmente. Pero el país tiene que hacer frente ahora a la peor recesión desde la II Guerra Mundial, y una necesidad imperiosa de que regresen los turistas.
Los vuelos internacionales solo se reanudarán el miércoles en tres grandes ciudades: Milán, Roma y Nápoles, y el gobierno teme que los viajeros que llegan habitualmente a la península desde los países vecinos en auto, tren o ferry, elijan otros destinos.
Suiza ha advertido que los ciudadanos que viajen a Italia a partir del miércoles serán sometidos a «medidas sanitarias» a su regreso. El país alpino abrirá las fronteras con Alemania, Francia y Austria el 15 de junio, pero no con Italia.
El 15 de junio, Austria levantará las restricciones con Alemania, Suiza, República Checa, Eslovaquia y Hungría, pero no con Italia, a la que el ministro de Salud calificó la semana pasada de «punto caliente».
Estas medidas específicas para Italia han llevado al ministro de Relaciones Exteriores Luigi Di Maio a advertir a los países contra el hecho de tratar al suyo como «leproso».
Efecto devastador
El jefe de la diplomacia italiana anunció que viajará este fin de semana a Alemania, Eslovenia y Grecia para tratar de convencerlos de que Italia es un país seguro para los turistas. El miércoles tiene previsto recibir a su homólogo francés Jean-Yves Le Drian.
Las personas que lleguen a Italia procedentes de Europa no tendrán que aislarse, a menos que hayan viajado recientemente de otro continente.
Las medidas de confinamiento tienen un efecto devastador en el turismo italiano, que representa en torno al 13% del producto interno bruto (PIB).
Los restaurantes, cafés y balnearios han abierto lentamente durante las últimas dos semanas, pese a que el gobierno declaró que se reservaba el derecho de imponer el cierre localizado en caso de que rebrote la epidemia.
Solo 40 de los mil 200 hoteles de Roma han abierto, dijo el lunes el Corriere della Sera, y solo una docena en Milán, ya que los propietarios consideran que es demasiado caro abrirlos para que permanezcan vacíos.
La agencia nacional de turismo declaró que cerca del 40% de los italianos pasan habitualmente sus vacaciones en el extranjero, pero este año podrían decidir pasarlas en su tierra, lo que ayudaría a las empresas locales.
Lo que no ven con buenos ojos los museos o lugares turísticos como la Torre de Pisa, las ruinas romanas de Pompeya o la Galería degli Uffizi de Florencia, que han abierto sus puertas en los últimos días, pero que siguen esperando el regreso de los turistas extranjeros.