EL SINODAL DE TAMAULIPAS
Ciudad de México.- La historia de éxito de Julián Quiñones en el fútbol no ha sido un camino fácil. Desde sus humildes comienzos en Colombia hasta llegar al América y tener la posibilidad de jugar para la selección mexicana, Quiñones ha enfrentado numerosos obstáculos y ha demostrado una gran determinación para alcanzar sus sueños como futbolista profesional.
Julián Quiñones, originario de Colombia, llegó a Tigres a la temprana edad de 17 años, procedente del equipo Futbol Paz en su país natal. Durante ese tiempo, el joven delantero se enfrentaba a la difícil tarea de caminar durante 35 o 40 minutos para llegar a cada entrenamiento, pero su pasión por el fútbol y su objetivo de triunfar nunca flaquearon.
Ángel Martínez Cervera, quien formó a Julián Quiñones en las fuerzas básicas de Tigres, recuerda las dificultades que enfrentaba el jugador para llegar a entrenar, pero también su determinación por triunfar en el mundo del fútbol.
“Él se sacrificó mucho desde joven, siempre lo hacía por su familia, siempre me decía que quería ayudar a su familia, que tenía muchas necesidades, llegó con muchos deseos y con un objetivo claro que quería alcanzar. Tuvo altibajos, pero poco a poco las condiciones y su mentalidad lo llevaron al éxito”, expresó Martínez Cervera en una entrevista con ESPN.
Inicialmente, Julián Quiñones no pudo ser registrado por Tigres debido a su edad, lo que le impidió jugar en el primer equipo. Sin embargo, cuando finalmente tuvo la oportunidad de unirse al equipo Sub-20, destacó de inmediato y llamó la atención del entonces director técnico de Tigres, Ricardo “Tuca” Ferretti.
“El directivo Miguel Ángel Garza me preguntó sobre los jóvenes colombianos que habían llegado, y le dije que había uno con mucho potencial. Le dije que debíamos esperar a que lo viera Tuca, y así fue. Tuca lo observó en un entrenamiento y le gustó. Comenzó a pulir los detalles que le faltaban”, agregó Martínez Cervera.
A pesar de su talento, Quiñones tuvo que luchar por un lugar en el equipo debido a la fuerte competencia en Tigres, que incluía a jugadores experimentados como Eduardo Vargas, Enner Valencia y André-Pierre Gignac.
Posteriormente, Julián Quiñones tuvo pasos por equipos como Venados y Lobos BUAP, donde enfrentó desafíos y obstáculos, incluyendo problemas de indisciplina que lo llevaron a ser separado del plantel. Sin embargo, retomó su camino y finalmente destacó con el Atlas, donde logró el bicampeonato.
Actualmente, Quiñones forma parte del Club América y ha obtenido su naturalización mexicana, lo que le abre la posibilidad de jugar para la selección nacional. Su formador, Ángel Martínez Cervera, cree que el delantero aún tiene un gran potencial y podría emigrar a Europa si continúa su buen desempeño en el América.
La historia de Julián Quiñones es un testimonio de perseverancia y determinación en la búsqueda de los sueños deportivos, y su futuro en el mundo del fútbol promete seguir siendo brillante.