Al Vuelo/Por Pegaso

Opinión

Líderes

Hoy quiero dirigirme a los líderes del mundo.

Si alguno de ellos está leyendo esta gustada columna, pásele el link a los demás, para que todos reciban el mensaje y estén en la misma frecuencia.

¡Ya párenle a su pedo, cabrones!

¡No la chinguen! ¿Qué culpa tienen los niños, los ancianos, las mujeres, las viudas, los enfermos y toda la población civil que recibirá sus pinches bombas?

Si yo los tuviera enfrente de mí, especialmente a tí, Biden, a tí, Putín, a ti, Isaac, a ti, el del peinadito ridículo y cachetes de marrana flaca, Kim Jong, les daría unas cachetadas guajoloteras y unas patadas en las donas para que agarren la onda.

¿Qué no se dan cuenta de que con una guerra nuclear nadie gana? ¡A todos nos va a cargar el payaso!

Supongan que alguno de ustedes envía la primera bomba nuclear a su enemigo, por ejemplo, Corea del Norte a alguna ciudad de Estados Unidos.

Los gringos no se van a quedar cruzados de brazos, sino que van a responder con un chingo de misiles y más bombas, y más destrucción para borrar todo su territorio.

Después de eso, Rusia y China van a intervenir, bombardeando las costas Este y Oeste de los Estados Unidos. En una de esas, hasta a Reynosa llega una bombota y nos manda a la chingada, incluyendo a la Juárez.

¡Qué! ¿Es más importante demostrar el poderío militar que evitar la extinción masiva de nuestra especie?

Véanlo en las películas. No me lo crean a mí.

Después de una guerra nuclear, el mundo ya no será el que era. Hay todo un catálogo de largometrajes, series y videojuegos que nos pueden enseñar cómo será la vida posapocalíptica: “World War III”, “Black Mirror”, “Amenaza Roja”, “Call of Duty Modern Warfare III”, “La Tercera Guerra”, “Sin Retorno”, “Último destino” y otras.

Ya quiero a verte a tí, Biden, cazando lagartijas y cucarachas para comer, porque no habrá ni alimentos, ni plantas, ni Wal Mart, ni una chingada.

Porque arrojando la primera bomba atómica, no solo morirán miles de personas por el impacto, sino que durante muchos años quedará la radiación. Nacerán niños con dos cabezas, cuatro ojos y ocho pies, todo porque no tienen la capacidad, ahorita que todavía se puede, de sentarse a negociar una tregua entre los gobiernos que están en conflicto.

Porque son los gobiernos, no los habitantes, los que están a punto de mandarnos al demonio.

Sufrimiento inútil, porque a final de cuentas, ya no quedará mundo por repartirse ni personas a quien demostrar cuál es la mayor potencia del mundo.

Por ahí salen algunos pobres fanáticos diciendo que La Biblia ha profetizado todo esto y que pronto llegará El Anticristo…

Es más, aseguran que despuecito del eclipse de sol del sábado 28 de octubre, mismo que se vio en Europa y parte de África, los aliados de Palestina le pondrán una chinga a Israel como preámbulo de la llegada del mentado Anticristo.

Unos güeyes con una barbota y sombrerito ridículo que dicen ser rabinos o algo por el estilo, se están dedicando a infundir miedo en las redes sociales diciendo que este es el final de los tiempos, que todo estaba escrito y que para donde nos hagamos, a todos nos va a alcanzar el castigo divino.

Otros aseguran que la profecía maya señala este mes de octubre como el inicio del fin de la Humanidad.

Por eso les digo a los Líderes del mundo: Si quieren demostrar quién es más chingón, váyanse al monte y ahí agárrense a putazos. Tengan por seguro que el que salga menos madreado, tendrá el reconocimiento no solo de su servidor, Pegaso, sino del resto del mundo. Y la civilización humana se los va a agradecer.

Viene el refrán estilo Pegaso: “Ningún individuo asimila en testa impropia”. (Nadie escarmienta en cabeza ajena).

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