Al Vuelo/ Por Pegaso

Opinión

Difuntos

Los mexicanos nos reímos de todo, inclusive de las desgracias. La muerte nos pela los dientes.

Al celebrarse hoy en nuestro país una de las tradiciones más arraigadas, proveniente de un sincretismo muy propio, este prestigioso espacio desea rendir tributo a los muertos de la forma en que sabemos hacerlo los mexicanos: Con humor. Humor negro.

Como dice mi cuate Catón, la persona que no guste del humor negro, puede saltarse hasta donde dice: “Y ahora los dejo con el refrán estilo Pegaso”.

1.- Luego de cincuenta años de matrimonio, el marido muerte y se va al cielo. Agobiada por su ausencia, al año siguiente la esposa también fallece y también se va al cielo. Así que cuando llega, lo primero que hace es buscar a su esposo.

Lo encontró muy quitado de la pena, tocando su arpa en un bellísimo prado, rodeado de flores y pajarillos que trinaban alegremente.

Se acerca la mujer y le da un fuerte abrazo: ¡Amor mío! ¡Otra vez juntos!

A lo que responde el palurdo:

-¡Ahhh! No. El contrato matrimonial era bien claro: “Hasta que la muerte los separe”.

2.- Estaban dos cadáveres en una cripta, cercanos entre sí. Uno de ellos cuenta un chiste y el otro le responde: ¡Ja, ja, jaaaaa! ¡Me vivo de la risa!

3.- Una melosa pareja de novios prontos a contraer nupcias platican en una banca del parque. Después de un prolongado y húmedo beso que los hace suspirar, el novio le pregunta a su amada:

-Vida mía, quiero hacerte una pregunta…

-Dime, amor de mi vida…

-Si algún día yo muero, ¿llorarás sobre mi tumba?

-¡Pues claro! Ya sabes que yo lloro por cualquier chingadera.

4.- Estaban dos golfistas jugando en El Campestre. Uno de ellos toma la pelota, la acomoda en el tee y se apresta a golpearla con fuerza, haciendo un prolongado swing.

La pequeña y dura esfera sale disparada, con tan mala fortuna, que golpea en la nuca a otro jugador que estaba a unas veinte yardas y este cae muerto, con la pelota incrustada en el cráneo.

Van los dos hasta donde está el cuerpo tendido, todavía con estertores y el primero le dice al segundo: “¿Y ahora qué hago?”

Le contesta el otro: “Bueno, yo usaría el palo número 9”.

5.- Llegó Pepito de la escuela y le dice a su mamá: “¡Mamá, mamá! ¿Puedo jugar con el abuelo?

Le contesta su progenitora: “Bueno, pero nada más un rato y después lo vuelve a enterrar, jovencito. ¿De acuerdo?”

6.- Un sujeto llega a un velorio, se coloca frente al cuerpo, abre la ventanilla del ataúd y empieza a decir: “¡No somos nada!”

Continúa en el mismo lugar y segundos después vuelve a decir: “¡No somos nada!”

Y así, varias veces, lo cual llamó la atención de una de las dolientes. Esta llega hasta él y le pregunta: “He visto su aflicción, buen hombre. ¿Es usted familiar del difunto?”

-¡Que! ¿No está oyendo que no somos nada?

7.- En un famoso hospital de la ciudad, una enfermera gangosa llega hasta la sala de espera donde la familia de un hombre espera el resultado de una peligrosa operación.

-¡Familiades ded señod Fednánded! Se les infodma que ed señod ha muedto.

Se acercó la esposa hasta el quicio de la puerta y le contesta:

-¡No me joda!

A lo que la enfermera responde: “No mejoda ni mejodadá. Ya le dije que ed señod Fednández falleció”.

Y ahora los dejo con el refrán estilo Pegaso: “En la parte superior del difunto, los arreglos florales”. (Sobre el muerto, las coronas).

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