¿Y ahora quién podrá ayudarnos?
Después de ver la catástrofe del huracán Otis, por su paso frontal por Acapulco, destruir el sueño de miles de familias, de arrebatarles el futuro y ver como el gobierno federal, sin recursos del Fondo Nacional de Desastres (FONDEM) sin recursos, fiscales de donde agarrar, queda solo una pregunta ¿y ahora quien podrá ayudarnos?
Por principio de cuentas, los fideicomisos que tramposamente el presidente quiere quitar a la Corte Suprema, argumentando que son para ayudar a los damnificados de Acapulco, es politiquería, porque este pleito legal y constitucional, fue mucho antes de que el meteoro se formara en las profundidades del océano pacifico.
Ahora aprovechando la desgracia de los guerrerenses el mandatario usa esta desgracia para poner a la SCJN en una trampa sin salida, que esos recursos de sus fideicomisos sean usados para la reconstrucción de Acapulco, si dicen que no, serán tachados de inhumanos y si dicen que sí, estarán poniendo el ultimo clavo al ataúd de sus derechos; el presidente ha llevado este tema fuera de lo legal, y lo puso en el terreno del populismo, donde él tiene mayores posibilidades de ganar.
Pero Acapulco es solo la señal que destapo la caja de pandora, es un fenómeno natural que puso al descubierto lo manejos de los dineros de este gobierno federal, donde los recursos existentes, ya no son tan boyantes, donde se insiste en hacer transferencias a PEMEX, por 102 mil millones de pesos, y para el 2024, duplicar esos recursos, en el fondo una empresa en peligro de extinción, que AMLO mantiene a flote con recursos de todos los mexicanos y que no quiere ser el quien la deje caer, por no cargar con el costo político.
La brújula de los billetes sigue concentrada en el Tren Maya, la refinería de Dos Bocas, el aeropuerto Felipe Ángeles, este último incosteable su operación y su conectividad, es aún su principal derrota.
Como lo mencionamos Acapulco, solo dejo a vista de todos los escombros de un país agonizante, sin recursos, porque estos fueron lapidados en apoyos sociales y campañas electorales; fueron usados en efectivo y en calidad de apoyos sociales, que siguen hundiendo más al país en la pobreza, pero eso si garantizando muchos votos.
Los recursos de ahorros, fideicomisos, programas y proyectos de crecimiento ya no existen, el país, está a la deriva y en la expectativa de que el Sistema de Administración Tributaria saque más recursos de los mismos de siempre, que tampoco aguantan más el cinto apretado.
El tiempo y el agua, dejaron al descubierto todo, el enojo del mandatario tiene sus causas, no así la razón, sabedor que este fenómeno no es posible ponerlo bajo su control, querer que solo el ejército y la marina bajaran ayuda a los acapulqueños, era quitarle el protagonismo a la sociedad civil organizada, era hacer de la ayuda un bastión para lavar sus errores, pero la sociedad lo rebaso y tomo sus decisiones, y esto enojo más al mandatario.
Lo que la justicia de la tierra no da, la divina lo resuelve, hoy se ve la verdadera política de gobierno, con un Acapulco devastado, y una sociedad civil, que ha tomado bajo su mando la ayuda humanitaria.
Una sociedad unida es el mayor de los miedos del presidente.
Es cuánto.
De Aquello y lo demás…
Hoy es un día especial, de eso pocos días que paralizan al país, el día de los fieles difuntos, día de muertos que, en nuestro país, es un festejo de los más arraigados en nuestra sociedad, con raíces prehispánicas milenarias.
En todo el país, se ofrenda a los difuntos, como lo que ocurre en Reynosa, donde un monumental altar de muertos, inaugurado por el alcalde Carlos Peña Ortiz, recuerda a los reynosenses que se han adelantado en el camino de esta vida.
El día de muertos, es parte de nuestra cultura, el edil Peña Ortiz, también presencio el desfile de las catrinas, y de cuadros de danza popular, que dieron el realce a este festejo de los fieles difuntos en la Plaza Principal de Reynosa.
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