Por Hugo Reyna/ EL SINODAL DE TAMAULIPAS
Reynosa, Tam.- Carnicerías y expendios de productos cárnicos y cremerías se esfuerzan cada día por permanecer ante el desafío que les ha impuesto la Emergencia Sanitaria.
Dependientes de sus ventas para costear sus operaciones comerciales, un porcentaje de estos establecimientos han cerrado puertas ante las disposiciones sanitarias, recorte de personal y la falta de recursos.
Muchas de ellas dependen de sus ingresos para pagar renta y empleados, entre otras disposiciones, pero ahora libran una auténtica batalla para prevalecer a la contingencia sanitaria.
Mauro Gómez, dependiente de una carnicería en la colonia Las Fuentes, refiere, que una tradición que les ha permitido acceder a un mínimo de ingresos, proviene no precisamente de la carne.
La elaboración de chicharrones y menudencias han significado una renovada fuente de ventas para las carnicerías.
La venta se realiza a partir del mediodía y aquí las reglas de urbanidad y cortesía no aplican, desde antes de que salgan las delicias grasientas del cazo que las consume a fuego alto, ávidos consumidores aguardan con las tenazas y bolsas en mano, dispuesto a pelear por ellas y ser los primeros en servirse.
El kilogramo ronda los 200 pesos- precio superior a un kilo de bistecs o algún corte moderado-, pero la afición a estos chicharrones es algo irresistible que pocos pueden resistir. Es esta la forma en la cual de manera férrea los negocios expendedores de carne mantienen su lucha de sobrevivir a la Pandemia.