Nueva York.- Donald Trump declaró que el viernes fue un gran día
para George Floyd, el afroestadunidense asesinado por policías, al autoelogiarse por una mejoría en los indicadores económicos, mientras por undécimo día consecutivo continuó la ola de protestas contra la violencia racista oficial y el gobierno del magnate, cuya respuesta ha colocado al país al borde de otra crisis constitucional, advierten críticos, entre ellos un número creciente de ex jefes militares.
En una conferencia de prensa sobre mejoras en la economía en el Jardín de Rosas, donde no aceptó preguntas, Trump dejó asombrados a casi todos al declarar, viendo hacia el cielo; “ojalá y ahora George esté viendo hacia abajo diciendo que esto es una gran cosa que está ocurriendo a nuestro país. Un gran día para él, un gran día para todos… un gran día en términos de igualdad”, afirmó.
Trump argumentó que no se requieren cambios estructurales en respuesta a las manifestaciones ya que los indicadores positivos de recuperación de empleo son “lo mejor que le puede suceder a las relaciones raciales… porque nuestro país es tan fuerte, y ése es mi plan, vamos a tener la economía más fuerte del mundo… ya casi estamos ahí”.
Los comentarios provocaron no sólo estupefacción, sino condena de opositores al presidente. Su rival electoral, el ex vicepresidente Joe Biden, declaró: “Las últimas palabras de George Floyd: ‘no puedo respirar’… han tenido eco por todo el país… y pienso que es despreciable que el presidente intente poner otras palabras en boca de Floyd”.
John Kelly, el ex general que fue jefe de gabinete de Trump, continuó expresando su desacuerdo con el comandante en jefe por la amenaza de desplegar tropas para enfrentar las protestas.
Por su parte, Trump compartió por tuit una carta de su ex abogado John Dowd al ex secretario de Defensa Jim Mattis para rechazar las feroces críticas del ex general que sacudieron la capital, en la que declara que los falsos manifestantes cerca de Lafayette no eran pacíficos y no eran reales. Son terroristas, emplearon a estudiantes llenos de odio para quemar y destruir
.
Las protestas, que reúnen a miles de personas, continuaron por undécimo día consecutivo en Los Ángeles, Louisville, Kentucky, Nueva York, Filadelfia, Washington y decenas de ciudades más. Un recuento del New York Times registra protestas en cientos de ciudades y pueblos a lo largo del país en días recientes.
Las marchas y protestas contra la violencia policiaca también generaron más incidentes del mismo tipo: violencia de las autoridades de seguridad pública por todo el país, pues se reportan varios manifestantes heridos con balas de hule, empujones, macanazos y el derribo de un pacifista de 75 años, quien ahora está en el hospital.
Observadores, manifestantes y periodistas han acumulado cientos de videos documentando los incidentes; alcaldes y jefes de policía han prometido investigar las quejas y sólo en casos extremos han tomando acciones disciplinarias.
Entre las víctimas de la represión está un elevado número de periodistas. Un proyecto de la Fundación de Libertad de Prensa y el Comité de Protección de Periodistas está investigando más de 280 violaciones de libertad de prensa ocurridos sólo en una semana en este país –en todo 2019 se registraron 150. La pesquisa apunta a que la policía es responsable de más de 80 por ciento de estos incidentes.
Ante ello, entre las demandas de los manifestantes está la de reducir el presupuesto de la policía y el sistema penal del país. Algunos señalan que hay más fondos dedicados a cárceles y policías que a escuelas y otros servicios públicos. Un análisis de los economistas Emmanuel Sáez y Gabriel Zucman concluye que hoy día Estados Unidos gasta más del doble en la ley y el orden
que en programas de bienestar social, reporta el Washington Post.
En Nueva York se reportó que algunos activistas lograron robar radios de la policía y que están trasmitiendo música por las frecuencias oficiales.
Mientras tanto, en la Calle 16 –una de las arterias centrales de la capital que lleva a la Casa Blanca–, las autoridades de la ciudad de Washington pintaron sobre el asfalto en amarillo letras de unos 12 metros de ancho con la leyenda Black Lives Matter
a lo largo de dos cuadras. La alcaldesa Muriel Bowser renombró esa zona como Plaza Black Lives Matter, parte de la continuación de las tensas relaciones entre el gobierno de Trump y la ciudad por el despliegue de fuerzas federales en la capital; la alcaldesa solicitó oficialmente el retiro de la presencia militar. Mientras tanto, activistas de Black Lives Matter advirtieron que se necesitaba, junto con este acto, cambios reales en política en la ciudad.
Por cierto, aparentemente por presión de altos mandos militares, Trump aceptó retirar tropas desplegadas en varios puntos cercanos a la capital en días recientes.
Pero más allá de los militares, la capital –cuyo centro es un distrito federal y por tanto está bajo el mando del gobierno de Trump– ha sido ocupada por varias fuerzas federales, bajo órdenes de la Casa Blanca. Entre los agentes desplegados en la ciudad están los de la Oficina de Alcohol, Armas y Explosivos, la DEA, la FBI, el servicio de alguaciles, la Patrulla Fronteriza, la agencia de migración ICE y el Servicio Secreto.
Uno de los escenarios centrales de las protestas es el parque Lafayette, justo en frente de la Casa Blanca, donde Trump ordenó la expulsión por la fuerza de manifestantes para que él pudiera pasar por ahí para tomarse una foto con una Biblia esta semana. Ese parque, vale recordar en el contexto histórico de esta lucha contra el racismo oficial, fue un mercado de esclavos. La Casa Blanca, de hecho, fue construida con mano de obra esclava.
Nuevas encuestas nacionales registran mayor repudio a Trump en el contexto de las protestas. Dos tercios de los estadunidenses reprueban el manejo de Trump a la muerte de Floyd, con sólo un tercio de aprobación, según una encuesta de ABC News/Ipsos. Otra encuesta de CBS News concluye que 58 por ciento desaprueba el manejo de las relaciones raciales por Trump. Un 67 por ciento de los estadunidenses opina que Trump ha incrementado las tensiones raciales, según una encuesta de NPR/PBS NewsHour.