La Comuna/ José Ángel Solorio Martínez

Opinión

 

Las coaliciones –la formada por el PAN, PRI, PRD, y la capitaneada por MORENA, remolcando al PT y PV– en Tamaulipas amenazan con fracturarse. Se presume que el motivo esencial de esa actitud rupturista, es –como en las bandas delincuenciales– un mal reparto.
El partido del Sol Azteca, en voz de uno de sus dirigentes históricos- Mario Sosa Pohl, aseguró que van solos en el estado. Y voces autorizadas desde la CDMX, están anunciando que los verdes, irán solos y su alma por las senadurías tamaulipecas.
En las circunstancias que rodean al bloque conservador, el escurrimiento del perredismo no afectaría en mucho: no representa ni el dos por ciento de las preferencias electorales y es un aliado que lejos de sumar potencia a la alianza le resta, como compañero de viajes electorales. De igual manera, si rehuyera el PRI a ser parte de la coalición con el PAN, apenas menguaría la cosecha de votos de los candidatos azules toda vez que el tricolor es el partido más repudiado en la comarca y en el país.
En suma: al PAN le haría lo que el viento a Juárez, la ausencia del PRI y del PRD en su alianza.
Los vientos del rompimiento priista, soplan desde Nuevo Laredo: el ex dirigente estatal del Institucional, Ramiro Ramos, anda con mucho protagonismo buscando ser candidato al senado por el PRIAN.
¿Merecería el PRI, encabezar la fórmula para el senado?
Para ser objetivos: no.
El PAN, sigue siendo la organización política más sólida dentro del bando PRI-PAN-PRD.
Donde parece que la probable fallida coalición, tendría efectos estructurales es en el agrupamiento que encabezará MORENA.
Si como se está perfilando, el Verde se repliega, la primera víctima sería el precandidato a senador, Marco Batarse. Este joven, -pensando junto a su padrino, que la táctica era genial- se decantó por los verdes ante la expectativa de la política unitaria de MORENA-PT- PV.
Es decir: el imberbe Batarse, imaginó hacerse con mayor facilidad de la candidatura desde el PV y no vía MORENA.
El plan, hasta hoy, no les está saliendo.
Al contrario: su proyecto se les complicó.
Incluso el colapso de la AVANZADA, ante la salida del estado del operador de esa agrupación -fue enviado a Coahuila como delegado-, dejó en estado de indefensión al inexperto Marco. Y cómo no: esa estructura, funcionó como correas de transmisión de adhesiones políticas y financieras en favor del bisoño Batarse.
Si era distante la viabilidad de las aspiraciones del pequeño Marco, hoy, ante su orfandad político-financiera, son mucho más lejanas.
El tierno Batarse, al parecer, tendrá que esperar un tiempo para ver si da el estirón.
La autoinmolación del rapazuelo Batarse en las esferas de las candidaturas, deja libre el paso a la Federación para construir un saludable escenario de pesos y contrapesos en la entidad. No se le puede entregar el poder absoluto a los gobernadores. Y menos, a aquellos que no comprenden el arte de gobernar.
De la misma forma: el gobierno central, no puede meter mano en forma totalitaria en las entidades; y menos, cuando enfrenta una oposición tan estridente como delirante
Es el legado -aún funcional- del viejo sistema político.
Es muy probable, y sensato, que el Ejecutivo estatal y comandante en jefe de la IV T tamaulipeca, se lleve sin objeciones una senaduría y algunos diputados federales.
El novicio Marquito, quedó entrampado en esos abigarrados escenarios.
La criatura, apenas balbucea y lo empujaron a subir al atril.
Él no tiene la culpa -por su edad, es imputable-; son responsables, aquellos que pretendieron hacerlo madurar a pellizcos.

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