Madrid.– Miles de españoles, italianos y británicos, entre otras nacionalidades, salieron a la calle el domingo para denunciar el racismo, sumándose a las manifestaciones celebradas en todo el mundo tras la ola de protestas desatada en Estados Unidos por la muerte de un hombre afroestadunidense asfixiado por un policía blanco en Minneapolis.
En Madrid, los manifestantes, unos tres mil según las estimaciones de la policía local, se reunieron a media jornada frente a la embajada de Estados Unidos, para condenar la muerte de George Floyd, de 46 años, repitiendo sus últimas palabras «No puedo respirar».
Además, corearon los mensajes «No hay paz sin justicia» o «Vosotros los racistas, sois los terroristas».
Los manifestantes se arrodillaron durante un minuto de silencio en señal de protesta, un gesto iniciado por el jugador de fútbol americano Colin Kaepernick en 2016 en un estadio cuando sonaba el himno de Estados Unidos. Luego marcharon pacíficamente hasta la emblemática Puerta del Sol, en el corazón de la capital.
En Roma, una espontánea manifestación congregó en la famosa Piazza del Popolo a miles de jóvenes que se arrodillaron en silencio, con el puño en alto, durante nueve minutos, el tiempo durante el cual el policía mantuvo su rodilla apoyada sobre el cuello de Floyd, hasta que éste falleció. Al levantarse, gritaron también: «¡No puedo respirar!»
En Londres la gente desafiaba las advertencias oficiales de no reunirse y se apostaba fuera de la embajada de Estados Unidos como parte de un movimiento global antirracista.
«El Reino Unido también es culpable», decía una pancarta sostenida por uno de los manifestantes en Londres, donde el ministro de Salud, Matt Hancock, había dicho antes que unirse a las protestas de Black Lives Matter podía contribuir a la propagación del coronavirus.
El jefe de la policía de Londres, Cressida Dick, dijo que 27 oficiales habían resultado heridos en asaltos «impactantes y completamente inaceptables» durante las protestas de esta semana en la ciudad, incluyendo 14 el sábado al final de una manifestación pacífica.
Chaniya La Rose, una estudiante de 17 años que asistió a la protesta del domingo con su familia, dijo que hace tiempo que debería haberse puesto fin a la desigualdad. «Tiene que parar ahora», dijo. «No debería ser tan difícil ser iguales».
En Tailandia, donde una protesta antirracista había sido prohibida, más de 200 personas participaron en un encuentro virtual, conectándose al sitio de videoconferencias Zoom para ver videos sobre el movimiento «Black lives matter» (las vidas negras cuentan) y levantar el puño contra la violencia policial.
Racismo en propia piel
Para Leinisa Semedo, una traductora de español de 26 años de Cabo Verde, «el racismo no conoce fronteras», según declaró en Madrid.
«He vivido en China, Portugal, y ahora en España y en todos los países donde he vivido, he experimentado discriminación debido al color de mi piel», afirmó.
En la manifestación de Roma, con muchos migrantes africanos, Michael Taylor, originario de Botsuana, acudió con toda su familia.
«Soy un africano blanco, y a veces siento miedo y el desprecio únicamente porque soy un extranjero», dijo a la AFP. «Imagínese cómo serían las cosas si yo fuera negro».
«Es realmente duro vivir aquí», declaró por su parte Morikeba Samate, senegalés de 32 años, uno de los decenas de miles de migrantes llegados a Italia tras una peligrosa travesía por el Mediterráneo. «Piensan que somos todos unos ladrones».
En Barcelona, en el noreste de España, cientos de manifestantes llenaron la plaza de Sant Jaume, donde se encuentra el gobierno regional. Con mascarillas y manteniendo su distancia, levantaron carteles en inglés para denunciar el racismo en España y Europa.
La organización Comunidad Negra, Africana y Afrodescendiente en España (CNAAE) convocó manifestaciones en diez ciudades del país, desde Pamplona, en el norte, hasta el archipiélago canario, frente a la costa occidental de África.
Otras marchas están previstas durante la jornada en Copenhague, Bruselas, Glasgow y Londres, donde el sábado una manifestación pacífica de miles de personas terminó en enfrentamientos.
El sábado, también hubo grandes concentraciones contra el racismo en Francia, Alemania, Australia, Túnez y otros países.
La indignación que provocó que cientos de miles de estadunidenses tomaran las calles para manifestarse después de la muerte de George Floyd el pasado 25 de mayo, se ha extendido progresivamente a buena parte del resto del planeta.