Golpe a golpe/ Por Juan Sánchez Mendoza

Opinión

En la pepena de personajes con trayectoria política, liderazgo y experiencia en el servicio público, parece andar Alejandro Ceniceros Martínez, dirigente estatal del Partido del Trabajo (PT).

Esto, de cara al proceso selectivo de candidatos a los ayuntamientos y al Congreso local pues, se presume, la alianza será parcial con Movimiento Regeneración Nacional (morena) y también con el Partido Verde Ecologista de México (PVEM).

¿En cuántos municipios y distritos electorales? No se ha definido (aún) cupularmente. Pero las fracturas de la coalición ‘Sigamos haciendo historia’ respecto a las candidaturas senatoriales y a la Cámara de Diputados hacen suponer que se replicarán en el terruño, respecto a los cargos domésticos.

Bien lo sabe Ceniceros por su retorcido ‘colmillo político’. Y justamente por eso, supongo, procura encuentros con líderes y activistas sociales para plantearles la posibilidad de que participen como candidatos del PT en este proceso electoral concurrente iniciado hace poco más de dos meses.

Hace días se filtró al través de redes sociales que sostuvo una reunión con Fernando Campos Martínez quien ha sido, es, un político con marcado posicionamiento en el municipio de Victoria, como se advierte en encuestas levantadas respecto a las preferencias ciudadanas con miras a la alcaldía.

Sé que Alejandro, en esta coyuntura político-electoral, está enfocado a la selección de candidatos a cargos de elección popular.

Y por eso causó expectación el encuentro.

Cabe recordar que el apoyo ciudadano que tiene el activista le valió, al difundirse un estudio demoscópico, una ácida respuesta de parte de tirios y troyanos –aunque le encuesta estuvo apegada a la realidad–, ya que nadie se preocupa por alguien que, (como se argumentó) ‘nada tendría que hacer en la contienda electoral’.

Obviamente, tal argumentación surgió entre los equipos de quienes ya creen tener ‘amarrada’ la candidatura a la alcaldía de Victoria, por parte del convenio aliancista, sin considerar que en varios municipios de Tamaulipas los siete partidos políticos, con registro oficial, jugarían, en la justa comicial, con candidatos propios.

Desacuerdos en AN

Aún no hay una instrucción cupular acerca de cómo habrán de repartirse las candidaturas estatales al Congreso local y los ayuntamientos, pero ya asoman desacuerdos entre la propia nomenclatura albiceleste, pues hay quienes le proponen a su ‘pastor’, Luis René Cantú Galván, el mentado ‘Cachorro’, que el asunto se resuelva aquí y no en Texas, como dicen lo pretende el cabecilla del grupo.

Esa refriega anima el desencanto de la estructura albiceleste.

Y soslayados quedan los brotes de cualquier inconformidad priista ante la escaramuza que escenifica la tribu dominante del Partido Acción Nacional (PAN), en aras de obtener beneficios personales o de grupo en la contienda selectiva.

Hasta donde se ve, en el membrete de ultraderecha no hay voluntad para alcanzar acuerdos que pudieran darle certidumbre a la competencia interpartidista, quizá porque en la confusión se apuesta a descalificar los comicios del año próximo que de antemano saben perdidos los panistas, pese a los triunfos obtenidos (¿inexplicablemente?) en el pasado proceso federal.

Eso, por un lado, y, por otro, al proceso lo manchan los consejeros del partido por su abyección hacia Francisco Javier García Cabeza de Vaca.

¿Pruebas? Las hay y de sobra, pero ese es otro cantar.

Mejor vayámonos al tema que hoy no ocupa, el del pobre desempeño de los panistas, cuya actitud quizá derive resultados harto cuestionables.

No sólo en el plano cualitativo, sino también cuantitativo, pues a como se observan los escenarios, aquí en Tamaulipas podría registrar la votación más pobre de su historia.

Esto derivado de tres situaciones bien marcadas:

a) El bajo nivel de competencia que ofrecería el membrete albiceleste exhibido en la anterior contienda estatal, pues, aunque ganó varias curules de mayoría relativa, fue por la inducción del voto por parte de autoridades gubernamentales y no por trabajo propio.

b) La apatía ciudadana porque se no ha dado un relevo de dirigencia; y

c) Los sainetes que hasta hoy (incluso) han fracturado más a su llamada clase política.

En fin… habrá que esperar que un milagro ocurra para que el PAN se convierta en una opción real y tangible para el electorado –de aquí a la jornada de junio del 2024–, pues de otra forma morena se vería abusivo por acudir, prácticamente solo, a una competencia donde se supone participan siete partidos políticos con registro oficial, que son financiados desde las instancias mismas del poder.

Actores indolentes

A ese clima de anarquía partidista en mucho contribuye el senador y los diputados (federales y locales) del partido, los despojos de la clase política tamaulipeca del membrete albiceleste y el Comité Ejecutivo Nacional (CEN), que preside Marko Antonio Cortez Mendoza, pues los unos y el otro hasta la víspera no han dado muestras de ya haber decidido acabar con el autoritarismo que ciegamente obedece su representación estatal.

Correo: jusam_gg@hotmail.com

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