Opinión pública/ Por Felipe Martínez Chávez

Opinión

Gobernadores y su relación con el Presidente

Cd. Victoria, Tamaulipas.- Si Claudia Sheinbaum gana la elección
presidencial, a Tamaulipas y su Gobernador les va a ir bien.
No sería porque Américo busque dejar la gubernatura e incrustarse en el
gabinete federal, sino porque encontrará respaldo a sus proyectos. Desde la
incipiente precandidatura de ella, viajaban en el mismo tren.
Por primera vez en largos sexenios el Gobernador en turno le “atina” a la
candidatura presidencial, así se trate de Pri, Pan o Morena. Meses antes de
la definición, Villarreal se puso del lado de la doctora, aun exponiéndose a
las críticas de los panistas.
Digamos que, al médico, le tocará gobernar cuatro años con Claudia,
como ella lo dijo en su reciente visita. Necesitará de todo su apoyo para
sacar adelante proyectos estratégicos que tiene en marcha como el dique
seco (puerto interno) en ciudad Victoria y el acueducto desde el Pánuco
hasta las presas del norte.
Son obras realizables que pueden llegar a feliz término (a diferencia de
aquel Canal Intracostero de Manuel Cavazos Lerma, que se quedó en
sueño).
La política se hace en equipos, unos pierden y otros ganan. El mismo
Francisco Cabeza de Vaca le apostó a Ricardo Anaya. Nunca pensó que
ganaría López Obrador y, en lugar de dialogar y coordinarse, confrontó al
Gobierno de la República. A Tamaulipas le fue muy mal.
Con Egidio, un imberbe de la política que llegó por accidente a la
candidatura, no fueron buenas -pero tampoco malas sino todo lo contrario-,
las relaciones con el Presidente Ernesto Zedillo. Menos con Felipe Calderón
que muy pocas veces visitó territorio.
Tal vez por eso Torre Cantú no dejó obra alguna por la que se le tenga
que recordar y, al contrario, acumuló una deuda millonaria que dijo gastó en
hospedaje y alimentación del Ejército Mexicano.
A Eugenio Hernández Flores le tocó lidiar con los azules, parte de Fox y
Calderón, pero no fueron amigos, los atendía cuando querían venir. El
victorense procedía del PRI y fue impuesto por su antecesor Tomás
Yarrington. No hicieron buenas migas pese a que se divulgó que, a través
de Elba Esther Gordillo, el voto tamaulipeco fue para los celestes.
Tomás se equivocó de a tiro. Le dijo a Francisco Labastida Ochoa que
en esta región estaba ganado, que ya no perdiera el tiempo en giras. Cayó
con Vicente Fox, que hasta le impuso alcalde de Reynosa, Francisco Javier
García.

Hay dos Gobernadores que tuvieron buenas relaciones con el centro.
Américo Villarreal Guerra con el Presidente Miguel de la Madrid, su amigo
que lo hizo candidato. Antes de venir a Tamaulipas el ingeniero hidráulico
desempeñó altos cargos en el gobierno federal.
A Manautou se le “guisa aparte”. José López Portillo lo mandó a
Tamaulipas con todo el apoyo presupuestal. Es uno los gobernadores
constructores. En el gabinete federal se le respetaba y atendían sus
gestiones.
De Enrique Cárdenas ni hablar, cuate de Luis Echeverría, aunque se
equivocó con López Portillo, el sucesor. Es la relación más estrecha de
Tamaulipas con el poder central, y dejó obras y escuelas por el territorio.
Más antes, en la época del priísmo único, los gobernadores tenían que
“cultivar” la relación con el Presidente si es que se equivocaban. Corrían el
riesgo de ser sustituidos como fue el caso de Hugo Pedro González y la
desaparición de poderes en 1947.
Pues bien, a Américo le irá bien con las dos administraciones, la de
López Obrador y Claudia (si gana, como parece), emanados de Morena y,
al final, hasta podría imponer sucesor o sucesora.
Este mismo jueves el Presidente AMLO reiteró en su mañanera que
asistirá al II Informe de Américo, cuya fecha no ha fijado el Congreso del
Estado, pero deberá presentarse en la segunda quincena de febrero.
Dijo que viene porque “lo está haciendo muy bien Américo y está
inaugurando una etapa nueva en Tamaulipas de gobiernos responsables,
íntegros y honestos”.
Le tocarían dos administraciones seguidas para aprovechar, aterrizar
recursos y proyectos colectivos y nada en lo personal. Hay confianza, hay
amistad y compromiso. Claudia y Américo dialogaron en privado y ella
confirmó que dará todo su apoyo a Tamaulipas.
Tema aparte, será el Tribunal Electoral de Tamaulipas el que ventile la
permanencia o no de la diputada Nora Gómez González en las filas
panistas. La expulsaron por tres años y la despojaron de la dirigencia local
en Tampico.
El caso ha tenido un camino tortuoso que hace pensar en el Síndrome
de Estocolmo, en que la señora aprendió a querer a sus victimarios.
El 26 de abril la Comisión Permanente del Consejo Estatal pidió a la de
Orden el procedimiento sancionador en contra de Gómez. En octubre salió
resolución en su contra, a la que apeló pero no le dieron respuesta.
Acudió al TRIFE, donde después de dos meses -13 diciembre- le dijeron
que la competencia es del Tribunal Estatal.
Sigue siendo diputada de la bancada del PAN en el Congreso del
Estado, pese a que la han tratado con la punta del zapato.

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