ORBE/ Por Ma. Teresa Medina Marroquín

Opinión

EN MATERIA EDUCATIVA TODOS SOMOS CORRELIGIONARIOS.

Apenas comenzando 2024 el Gobierno de Tamaulipas trascendió un
pormenorizado informe titulado “15 meses de avances y resultados para el
magisterio tamaulipeco con el Dr. Américo Villarreal”.
Se desataca en ese ámbito de la educación, sin duda uno de los escenarios
más relevantes de esta administración estatal, que “la Cuarta
Transformación y el gobierno del Dr. Américo Villarreal Anaya defiende,
promueve y da cumplimiento a los derechos laborales de las y los
trabajadores de la educación”.
Agrega el informe que “se consolida una relación institucional de respeto,
trabajo y entendimiento con la Sección 30 del Sindicato Nacional de
Trabajadores de la Educación”.
Un resumen bien detallado que no excluye nada y que clarifica a la vista de
la ciudadanía el sentido y la forma de una asignatura importantísima, donde
ya no tienen cabida esas viejas y corrosivas disputas de poder entre el
sindicato y la dependencia.
Al contrario: se pone al escrutinio de la sociedad, y en particular de los
propios padres de familia, que el reencuentro afortunado entre la SET y la
Sección 30 no fue ni es la obligación de verse las caras, sino el compromiso
que inicia desde el proyecto de gobierno de Américo Villarreal Anaya y la
interpretación acertada de estos principales actores de la educación.
Quedaron atrás, en ese pasado lamentable cuando el PAN gobernaba, las
irracionales ausencias de diálogo y los permanentes desacuerdos en grave
perjuicio de la educación.
Ya esa omisión deliberada que se empecinaba en mal acompañar a la
educación, se ha ido de Tamaulipas.
Hoy la ciudadanía atestigua que a la herencia destructiva de un pasado
altivo, ignorante y corrupto, se le ha enfrentado la intervención oportuna y
cordial del gobernador Américo Villarreal, dándole la cara a los problemas

por difíciles que estos hayan sido, y encauzando la problemática por la vía
de las soluciones reales.
HERENCIA DE OPACIDAD Y GRANDES REZAGOS
Lo que en muchos años, quizá más de tres sexenios, no avanzó una sola
micra en la educación de Tamaulipas, resultando una serie de convulsiones
políticas, ahora se han transformado en logros.
En ese sentido, la información que comparte el Gobierno de Tamaulipas,
define que desde el inicio de la administración de Américo Villarreal Anaya
fueron establecidas, como máximas prioridades de su gestión, “el respeto
irrestricto a los derechos de las y los trabajadores de la educación”.
Se precisa que “para lograrlo fue necesario y urgente iniciar con la
reorganización y reordenamiento de los procesos internos de la Secretaría
de Educación de Tamaulipas, donde la herencia de opacidad,
discrecionalidad y la ausencia de aplicación de la norma provocaron
grandes rezagos administrativos y educativos”.
Y es que ese pasado, al que ya muchos califican de “innombrable”, nunca
entendió que en el mundo inmenso de la educación, todos somos
correligionarios.
Es decir, no hay intereses de grupo, políticos o partidistas, sino la
unanimidad de que la perspectiva histórica de la educación no debe ni
puede ser puesta y sometida a intereses siempre listos a las disputas del
poder.
Por eso en este país, por tantos años, la educación ha sido escenario de
enormes daños, cuyas consecuencias han quedado permanentes o su
recuperación tardará mucho tiempo en generarse.
PLIEGO PETITORIO Y MESAS DE TRABAJO SET-SNTE-SEP
Finalmente el informe no pasa por alto que en septiembre de 2023 el
Gobierno de Tamaulipas dio respuesta a un pliego petitorio que la
organización sindical presentó a los medios de comunicación, dándole
respuesta puntual a través de las mesas de trabajo SET-SNTE-SEP, y
priorizándose por parte del Gobierno del Estado el derecho de niños y
jóvenes a recibir educación de excelencia, de cuyos compromisos iremos
informando en esta columna en las siguientes colaboraciones.
¡Feliz miércoles!

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