En el pasado la política tenía misterios.
No había redes sociales. Los medios tradicionales hacían su juego informativo, a partir de desentrañar las señales encriptadas de quienes ejercían el poder.
Incluso fue muy recurrente aquel famoso estilo entrelineado, y se solía jugar con la figura del tapadismo, a la vieja usanza del corporativismo partidista. En fin….. así se hacían las cosas.
Pero hoy, el ritmo abierto y horizontal que imponen las nuevas tecnologías mediáticas como WhatsApp, nacida en el 2009, hoy con más de 2 mil millones de usuarios, así como Facebook, Messenger o Telegram, entre otras, le imprimen un nuevo sentido al tema de la democracia. Y desde luego a la lucha por el poder.
¿Como se resume esta nueva era que acabamos de describir de manera sucinta?
La gente de la calle, los millones de ciudadanos que ayer estaban fuera de la jugada política, hoy están demasiado cerca de todos los temas habidos y por haber.
Pero sobre todo, vigilan con ojo clínico, las promesas y resultados de quienes se echan a cuestas la tarea y el compromiso de gobernar. Esta circunstancia, ha cambiado por completo los patrones de la competencia político-electoral.
O sea, ahora sí, es de a deveras.
Es en este marco donde han cobrado poder y trascendencia las famosas casas encuestadoras. Dichas firmas se mueven en un mercado donde la materia prima es la opinión y preferencia de los ciudadanos, (mujeres y hombres) en edad de votar.
Como sucede en todos los ámbitos de la producción de bienes y servicios, hay encuestadoras confiables, profesionales. Y otras no tanto, pero en este caso específico, nos referimos a una de las que es considerada entre la de mayor rigor profesional. Me refiero a Consulta Mitofsky, surgida en 1995, ( casi tres décadas), cuyo Presidente Roy Alberto Campos Esquerra, un sinaloense de 64 años, tiene dos licenciaturas en actuaría y matemáticas por la UNAM. Ha recibido entre otros premios, el del mejor encuestador latinoaméricano.
Sustentados en esta narrativa de veracidad y profesionalismo, la reciente información dada a conocer por Roy Campos, donde habla de la medición que se publica bimestralmente en el periódico El Economista, y donde se evalúa a los principales 150 alcaldes del país, resulta de lo más relevante.
Especialmente en el caso ciudad Victoria, la llamada “flor consentida” tamaulipeca. Hablando de la medición de diciembre, el alcalde capitalino Eduardo Abraham Gattás Baez, trae un 50.4 de preferencias y aceptación por parte de las y los ciudadanos.
Una calificación alta en el contexto nacional, convierte a Gattas en uno de los activos del morenismo tamaulipeco más valiosos, de cara a la mega elección de este año.
Obviamente, en este triunfo tiene muchísimo que ver, un gobernador como Américo Villareal Anaya que le ha brindado a Lalo, su confianza, para transformar a nuestra joya política y caja de resonancia.
¿Cuáles son algunos de los escenarios que se perfilan, atrás de este elevado posicionamiento de Gattas en Victoria? El principal es que no solo servirá para garantizar ya desde ahora el triunfo sobre la o el candidato del PRIAN, sino que además, EGB le dará un gran soporte a las candidaturas morenistas que habrán de estar en la boleta. Empezando por la doctora Sheinbaum, los senadores, diputados federales y diputados locales.
¿CUAL ES EL SECRETO DE GATTAS PARA REELEGIRSE?
Pues el secreto, es que no hay secreto, porque el actual alcalde de Victoria, vive todos los días su propia encuesta ciudadana, con un sinodal colectivo de más de 350 mil habitantes, con un sesenta por ciento en edad de sufragar.
En los últimos meses, las obras y servicios del municipio de Victoria, se han elevado notablemente en términos de calidad y de cantidad. Cualitativamente vemos el tren de trabajo en la pavimentación de calles y boulevares. Alumbrado, limpieza pública, programas sociales de abastecimiento de agua.
En suma, el gobernador y el alcalde le están cambiando el rostro a nuestra capital del estado. Ambos se han integrado en un solo equipo.
Bajo este enfoque, sí hay un secreto, en la perfilada reelección de Gattas:
Es el amor y compromiso que Américo y Lalo sienten por la urbe de sus raíces. La gran tarea de devolverle el señorío a ciudad Victoria.