José Ángel Solorio Martínez
La titular de la Secretaría de Educación de Tamaulipas (SET), Lucía Aimé Castillo Pastor, tiene dos tablas para medir la compatibilidad –no ocupar dos plazas a la vez, sólo cubrir una– en el sistema educativo estatal.
Para los adversarios –incluidos los miembros rebeldes de la Sección XXX del SNTE–, todo el rigor del reglamento; para sus amigas cercanas, toda permisividad y complicidad posibles.
¿Quién duda de la jefa de la SET, si se supone que es de la línea de no robar, no mentir y no traicionar?
¿Quién podría presumir que una dama –por eso de la equidad de género– pueda ser deshonesta y lángara?
¿Acaso la IV T, no eligió con lupa a sus representantes para el gobierno estatal?
¿La Academia, ha sido tomada por gente sin escrúpulos y sin ética profesional?
¿Es permanente el proceso de pudrición de la SET?
¿Ayuda esa actitud, a superar los diferendos con la Sección XXX?
¿El SNTE estará feliz por las conductas censurables, de Lucía Aimé?
Por lo pronto, narraremos dos historias de terror burocrático:
La primera, involucra a la doctora Amelia Castillo Morán –algunos malquerientes de la secretaria, le otorgan consanguineidad con Lucía–. Esta académica –ella se autonombra así, aunque se desconocen los trabajos que haya publicado en impresos de sus pares–, fue tutora en la tesis doctoral de Lucía Aimé.
Obvio: la secretaria, la adora.
¿Y por qué no?
Se infiere que condujo por el camino de los saberes a su presunta pariente, Castillo Pastor, y eso es motivo suficiente para que se le tenga en alta estima y en el gigantesco altar del agradecimiento.
Otros detractores de la secretaria, creen que el amor a su tutora, es porque ella se fletó todita la tesis y la beneficiada sólo puso su nombre…
…y los consabidos saludos y abrazos a sus familiares.
¿Y a qué viene, toda esa telenovela espistemológica?
¿Por qué tanto cuento, para acusar a la mera-mera de la SET de carencia de carácter axiológico?
Todo eso, viene a colación porque la doctora, Castillo Morán, cobra alegre y felizmente en dos plazas, devengando en cada una de ellas ¡tiempo completo!
¿Será tan picudamente genial, la asesora de Lucia Aimé, que puede estar en dos lugares, y cobrar, al mismo tiempo?
La secretaria Castillo Pastor, cree que sí.
Por algo, le redactó la tesis en dos semanas.
Por algo la hicieron rectora del Cetro Regional de Formación Docente e Investigación Educativa, con un salario de 40 mil pesos mensuales, más compensación.
No es todo.
La citada dobletera –por doble plaza–, también cobra en la Universidad Autónoma de Tamaulipas (UAT), como profesora de tiempo completo, con un cobro de 30 mil pesos, más compensaciones.
Hay más, cieno: la Directora de Cultura de la IV T, Brenda Denisse de la Cruz López, cobra una plaza en una escuela secundaria de Altamira. Esta dama, salió más avezada que la asesora de Castillo Pastor: contrató a otra profesora que la cubre; la dio de alta en la dependencia que dirige (ITCA) y así cubre la eventualidad y recibe su cheque sin contratiempos.
Esa irregularidad administrativa, no la ha visto la secretaria, ni sus achichincles que cuidan su espalda y velan su sueño.
¿Ahora se explica, el caos en la SET?
¿Ahora se explica las sobradas poses de académica fraudulenta, de la Secretaria de Educación de Tamaulipas?