Por ROGELIO RODRÍGUEZ MENDOZA.
“El que traiciona una vez, traiciona siempre”, advierte, con mucha razón, el refranero popular, algo que deberían tener muy claro los partidos políticos que hoy se disputan el capital electoral que presuntamente posee la dos veces exalcaldesa y exdiputada local por Tampico, Magdalena Peraza Guerra.
El tema surge obligado luego de que la maestra dejó “vestido y alborotado” al Partido Acción Nacional, (PAN), al renunciar a la candidatura por la diputación local que le habían ofrecido y por la que sería registrada formalmente la próxima semana.
¿Qué sucedió para que doña Magda desistiera de la nominación? Lo mismo que ocurrió las veces anteriores en que brincó del PRI al PAN: conveniencias de todo tipo.
Su historia ha estado plagada de deslealtades. En 2010, cuando Ricardo, “El Negro” Gamundi Rosas, entonces dirigente estatal del PRI, le negó la candidatura para la alcaldía de Tampico, la maestra enfureció y aceptó la invitación oportunista del PAN y terminó ganando la elección para el periodo 2011-2013.
Pese a la traición, con posterioridad el PRI la perdonó y la postuló como su candidata a la alcaldía tampiqueña y terminó ganando la elección para el ejercicio 2016-2018, y aunque buscó la reelección por otros tres años no lo consiguió.
Además, las dos curules que usufructuó en el Congreso del Estado, con dos legislaturas diferentes, las obtuvo bajo el cobijo del PRI.
Por eso no es ninguna sorpresa la deslealtad que muestra ahora hacia el PAN. Peraza no expuso razones de su decisión de renunciar a la candidatura por la diputación, pero resulta una obviedad que lo hace para operar a favor de Morena.
La traición de la maestra se circunscribe dentro del contexto por la disputa del poder político en Tampico, que ha sido durante los últimos años el bastión más importante del panismo estatal. Todo apunta a que Peraza terminará operando a favor de Morena, para intentar vencer a la panista, Rosa González Azcárraga, quien lleva como suplente a, Aída Féres, la esposa del actual alcalde y candidato a la diputación federal, Jesús “Cucho” Nader.
Es una obviedad que el morenismo tiene en marcha una estrategia, que consiste en coptar a liderazgos de influencia probada en el municipio, que le garanticen votos a la candidata a la alcaldía por el partido guinda, Mónica Villarreal.
¿Logrará Morena arrebatarle al PAN el poder político en el puerto? Esa es la intención. Por eso la nueva deslealtad de Peraza.
EL RESTO.
¿A QUIEN SACRIFICARÁN?.- A propósito, más allá de las inconformidades de algunos militantes, como Arturo Soto Alemán, el Partido Acción Nacional, (PAN), tendrá que modificar su lista de candidatos plurinominales a las diputaciones locales.
Resulta que al partido se le “olvido” incluir en los primeros cuatro lugares de la lista, a un candidato o candidata que represente al grupo vulnerable de los discapacitados.
La consecuencia, nos dicen algunos especialistas en derecho electoral, es que el Ietam terminará apercibiendo al partido blanquiazul para que corrija el “error” y cumpla con ese mandato constitucional y legal.
Los primeros cuatro lugares de la lista pluri panista los ocupan: Ismael García Cabeza de Vaca, Rosario González Flores, Gerardo Peña Flores y Marina Edith Ramírez. ¿Quién será el sacrificado? Cualquiera, menos el primero. Por obvias razones.
Por cierto, en el sexto lugar de la lista de candidatos a diputados plurinominales aparece Patricia Saldívar Cano, la esposa del hoy magistrado del Supremo Tribunal de Justicia, Javier Castro Ormaechea.
Esa candidatura encierra toda una historia que merece contarse aparte. Por lo pronto le recuerdo que, desde la Fiscalía Especializada en Combate a la Corrupción, Ormaechea fue el encargado de fabricarle al exgobernador, Eugenio Hernández Flores, los procesos que lo mantuvieron encarcelado seis años.
ASI ANDAN LAS COSAS.
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