Por René Mondragón
GRANDES EXPECTATIVAS
Enormes, porque tanto medios, liderazgos de opinión, ciudadanos, comunicadores, analistas y expertos, estuvieron al pendiente de los detalles más pequeños. Las críticas y las observaciones hicieron correr ríos de tinta y horas extras en las mesas de análisis.
A la distancia se pueden deducir algunos temas a grandes pincelazos por el espacio que gentilmente se otorga al escribano:
1. La producción dejó bastante qué desear, de malita a pésima. Con poca noción de la importancia de ese evento.
2. Indudablemente, prepararon a Claudia en algunos aspectos que no se le dan: carisma, sonrisa, postura, lenguaje no verbal y orden en su narrativa. Como no es lo suyo, se irritó ante las puyas, bajó la vista, se puso tiesa y la quijada se tensó. Su mano izquierda en la mesa y la derecha para gesticular. Lo hizo bien, pero con frecuencia se le olvidaba continuar la actuación.
3. Xóchitl, fiel a su estilo, desde la entrada en bicicleta fue buen punto, por el contraste con los guaruras y las camionetas blindadas del oficialismo. Bien maquillada pero el traje no lo fue de lo mejor. Buen punto, llevar al cuello, el Rosario que le obsequió el Papa Francisco.
4. En tanto que Claudia hizo maromas para no contestar los cuestionamientos complicados como la corrupción, el metro, los hijos del presidente y los muertos del sexenio más bañado en sangre, este escribano percibe que a Xóchitl le faltó la estocada final, que pudo haber empezado con el mote de “la dama de hielo y sin corazón”, argumento que daba para sacar de quicio a la candidata oficial y hacerla perder el equilibrio, hasta el señalamiento de no eres AMLO porque no tienes su carisma, pudieron gestar un éxito fundamental. A Xóchitl le faltó atacar el morrillo hasta la empuñadura.
5. La candidata del oficialismo sustentó su expertisse en los supuestos éxitos de su paso por el gobierno de la ciudad. Los porcentajes fluyeron con abundancia, pero ninguno expuso un soporte serio que convalidara la estadística ni aclarara la fuente. Dos aspectos más: muchos verbos en futuro para darle soporte al “segundo piso” del obradorato, mientras que Xóchitl saludó a los familiares de los ciudadanos muertos por el garrafal manejo de la pandemia; o el otro caso, la persona familiar de una mujer desaparecida.
6. Esto demudó a Claudia. No pudo ocultar que en ese momento, le retembló en su centro la tierra. En efecto, así es ella, fría, calculadora y con su disciplina académica, pero torpe e incapaz cuando se trata de debatir, de defender su opinión. No sabe y no se le da. Manda y demanda obediencia sin chistar, exige ejecución inmediata y no pregunta, ordena. Así es ella, por eso le cuesta tanto trabajo obedecer al patriarcado que la puso ahí y del que no ha podido sacudirse.
7. A Xóchitl le faltó tiempo para un buen cierre. Se trompicó porque fue evidente que se le acababa el reloj. Falto “punch” para dejar un mensaje fuerte a la audiencia, que llegara precisamente al corazón de los electores, porque ella bien lo sabe, el voto es emoción.
8. Hasta donde este escribano conoce, colocar la bandera hacia abajo, no es ningún error. Existe un protocolo militar que señala que, cuando la bandera se coloca hacia abajo, significa que la plaza está tomada por el enemigo. El significado es brutal, porque se prestaba formidable para el cierre del discurso de Xóchitl. Se entendió mal en muchos espacios. La idea era genial. La bandera hacia abajo y en el centro, la idea de rescatar a México con la enseña en el pecho. El simbolismo resultaba genial. No se pudo.
9. Un contraste dramáticamente marcado: A Claudia, lo mismo que a la señora Nahle, les sucede –cada vez con mayor frecuencia- o auditorios y audiencias vacías, indiferentes y hasta adversas con mucha fuerza. La visita de Xóchitl a la Universidad Iberoamericana expresa una simpatía importante por ser jóvenes, a favor de la senadora con licencia. Algo está cambiando a favor de la causa de la candidata que llena estadios en muchas partes del país, sin frutsis ni tortas, ni pagos por echar porras. Esto ya, ahora, es sintomático.
10. En preparación para el siguiente debate, deberán revisarse los tiempos, el espacio, el audio, la iluminación y toda la producción, pero lo más relevante deberá centrarse en las puyas pero más en el tiempo dedicado a las propuestas.
11. Desde luego, en opinión de este escribano, la mejor evidencia de que Xóchitl logró un nivel de posicionamiento superior, se encuentra en la explosión flamígera del presidente: “Hace dos días en toda la narrativa del debate salió de lo que sostienen nuestros adversarios de los medios de manipulación, toda la narrativa del debate fue eso…”