Por Oscar Díaz Salazar
Por una cortesía de la nomenklatura morenista, (Ricardo Monreal y otros) la entonces Jefa de gobierno de la CDMX, Claudia Scheinbaum, perdió las elecciones intermedias, asumiendo la derrota en la mitad de las 16 Alcaldías que conforman la ciudad capital.
El fuego amigo que hizo posible el regreso del prian a la Ciudad de México, para colocarse al frente en la mitad de los gobiernos locales, y una importante presencia en la Asamblea Legislativa, tenía el propósito de descarrilar a Claudia Sheimbaum como aspirante presidencial, un objetivo que, hoy sabemos, no se consiguió.
El dueño de morena y jefe supremo de la cuatro T, supo que a su Delfina le ayudaron los de casa, los mismos, los «compañeros», para obtener esos malos resultados en la elección intermedia, y que el propósito de esos correligionarios era sacarla de la contienda presidencial.
AMLO se dio cuenta de que su pupila no perdió por estar haciendo un mal gobierno, por ser incompetente en su trabajo o por sus malas decisiones.
Y no estoy afirmando que el resultado de las elecciones sea un tema de acuerdos y desacuerdos cupulares, en los que no cuenta la voluntad de los ciudadanos. Solo les recuerdo que existe el voto corporativo, que muchos individuos votan (o dejan de votar) como les indican otros, con los argumentos y estímulos que ustedes quieran.
Con el ejemplo de Sheinbaum y su derrota que no la derrotó, en la elección intermedia como Jefa de Gobierno, los invito a analizar los resultados electorales en la jornada del pasado 2 de junio en Tamaulipas.
Preguntemos que hay detrás del resultado tan cerrado en la presidencia municipal de Victoria, lo que implica la probable derrota de Eduardo Gattás. También hay que preguntarnos por qué se cerró la elección en Nuevo Laredo, siendo que al inicio de la campaña era el municipio con el mayor handicap a favor de morena. Intentemos entender la derrota en la tierra del Secretario General de gobierno (Rio Bravo).
Mi sospecha es que hubo fuego amigo desde las entrañas de la facción victorense del gobierno. Al grupo que ha tenido la habilidad de subirse al carro de la cuarta transformación cuando éste ya se encontraba en marcha, en movimiento, a ese grupo que ni siquiera identificamos como grupo, a ese grupo que aconseja al ejecutivo quitarse la sombra de los carmonizados, porque son una mala influencia y tienen mala imagen (que ellos mismos alimentan), ignorando convenientemente que ese grupo fue con el que se construyó esa gubernatura.
Del grupo no identificado, pero enemigo de los muñecos, también salió la presión para que la tesorera se fuera a buscar la presidencia de Matamoros, y también vieron con satisfacción la salida de Olga Sosa del gabinete.
Como muchos victorenses, los miembros de ese grupo no identificado, consideran que el gobierno es propiedad en exclusiva de ellos, y de ahí que apoyen la idea de darle las gracias a los foráneos y regresarlos a su tierra.
El grupo embozado del que viene el fuego amigo, lo integran entre otras figuras la abogada Tania Contreras, Consejera Jurídica con sensación de Secretaria de Gobierno y Paco Cuéllar, Coordinador de Comunicación Social con sensación de Jefe de la Oficina del Gobernador, también el Primo de Oro, Dámaso Anaya, rector de la jargUAT, con sensación de heredero al trono… Y otros.
Sintetizo la explicación de los resultados electorales parafraseando a Clinton:
¡ Es la sucesión estupido !