José Ángel Solorio Martínez
LOS DESAFIOS DE CLAUDIA
Grandiosas aportaciones al país, ha hecho el presidente, Andrés Manuel López Obrador. Sus monumentales obras como la Refinería de Dos Bocas, el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, el Tren Maya, el Tren Interoceánico y su plausible política social, encarnada en decenas de ayuda concreta para la población más desprotegida, será recordada en tiempos venideros por los beneficiarios de ese entramado de esfuerzos gubernamentales.
Ese trabajo de López Obrador, cambio –para bien– la vida de millones de mexicanos.
¿Qué deja AMLO a la presidente, Claudia Sheinbam por hacer?
La construcción del Segundo Piso de la IVT, necesariamente debe iniciar, por complementar lo que hizo el lopezobradrismo.
Lo apremiante, es trazar una política de Estado contra la inseguridad y la violencia. Al tabasqueño, le faltó tiempo: la ejecución de una eficaz política política-policial, para frenar las estructuras coercitivas del gobierno, que por inercia laboraron con estrategias y técnicas del pasado neoliberal.
López Obrador, optó por eregir un Estado benefactor y no un Estado policiaco-militar. Se centró en recuperar una de las premisas del gobierno que lo mandata la tutela de las clases desprotegidas, para evitar crisis sociales que a nadie conviene, ni al gobierno ni a los ciudadanos, ni a los inversionistas. El ir al choque contra los núcleos antisociales, era asumir una guerra contra los poderes fácticos nacionales arropados por entes invisibles de diversas agencias extranjeras que administran y jefaturan –varios intelectuales, lo especulan– muchas de las células violentas del país.
Es decir: era abrir la puerta para la generación de ingobernabilidad, por parte de esos factores transnacionales.
Otra tarea para la presidente Sheinbaum, es retomar el esfuerzo de la IVT por recuperar el sistema de Salud Pública. La mafia del poder, sigue en el usufructo de contratos de medicinas y de equipamiento de la red hospitalaria nacional. La pandemia, frenó la propuesta de AMLO para desterrar todo lo podrido y transexenal en el tejido médico de la nación.
Lo logró a medias.
El tiempo completo –y los recursos materiales– que el presidente, dedicó a levantar sus programas sociales, le hizo soslayar un proyecto cultural nacional y nacionalista.
La Secretaria de Cultura, ni fu ni fa.
Cierto: se acabaron con los becados preferenciales de siempre; y eso generó resquemores de los afortunados. En el pasado, miles de pesos se iban a proyectos de diversa índole cultural, sin el menor beneficio social. Eso provocó, una respuesta iracunda por una parte de la comunidad de creadores.
Lo cierto, es que la secretaria, no pudo ejecutar una política cultural, popular, democrática y nacionalista.
Deveras: no pudo con el paquete, dejando a la IV T evidenciada como un gobierno que le importó madre la promoción y la circulación de los bienes culturales producidos por los creadores del país.
Igualmente: la Directora del Instituto Nacional del Deporte, Ana Guevara, se enriqueció junto a sus amigas íntimas y abandonó la compleja tarea de crear una política deportiva incluyente, de masas y capaz de solventar estructuras para el renacimiento del deporte de alto rendimiento en el país.
Grandes retos los que tiene ante si, la presidente Sheinbaum Pardo.
La buena noticia, es que el Segundo Piso de la IV T, va.