Ma. Teresa Medina Marroquín.-
LOS ACREDITADOS SE QUEDARON SIN TECHO
Y LOS JUECES NO PUEDEN CON LOS INVASORES
Un proyecto muy difícil de comprender en el país es la eventual
construcción de un millón de casas de parte del Instituto Nacional de la
Vivienda para los Trabajadores (Infonavit), mientras que este mismo
instituto, o banco hipotecario popular por antonomasia, no puede resolver ni
parece que lo hará en mínimos porcentajes el problema de las viviendas
abandonadas.
Digo que no es fácil entender que mientras por un lado el Infonavit planea la
construcción de un millón de viviendas adicionales para los trabajadores, no
tiene por otro lado para cuándo resolver la crisis de departamentos y casas
abandonadas por personas que por desempleo u otras causas ya no
pudieron continuar pagando su crédito.
Son miles y miles de acreditados que en medio de una crisis laboral y
familiar decidieron abandonar sus casas, pues llegaron a suponer que esta
institución les embargaría sus bienes tal como lo consignan los contratos de
créditos hipotecarios.
UNA BOMBA DE TIEMPO EN EL ESCRITORIO DE CLAUDIO AQUILES
VILLANUEVA VÁZQUEZ
Una de las grandes sorpresas que se llevó el delegado del INFONAVIT en
Tamaulipas, Claudio Aquiles Villanueva Vázquez, al tomar posesión de su
encargo hace un año, fue el pavoroso reporte de cientos y cientos de
viviendas abandonadas en la zona conurbada del sur del estado, como en
las principales ciudades fronterizas de Reynosa, Río Bravo, Matamoros y
Nuevo Laredo, y en menor proporción Victoria.
El segundo y grave problema que no se ha podido afrontar aquí en
Tamaulipas, siendo esta situación un fenómeno que se replica en casi todo
el país, es la invasión de esas viviendas abandonadas.
Hoy ya se habla en Tamaulipas, y el delegado Villanueva Vázquez lo sabe,
y tiene esa bomba de tiempo en su escritorio, de infinidad de personas que
por razones diversas invadieron esas viviendas y legalmente ya no podrán
ser lanzadas a la calle porque han adquirido derechos que le impiden al
Infonavit abrirles procesos judiciales eficaces.
Y es que, además, por increíble que parezca, el Poder Judicial de
Tamaulipas carece de juzgadores competentes para que las familias con
derechos se queden con sus viviendas a través de justas negociaciones,
expulsando a quienes ocupan las viviendas al margen de la ley.
También se habla de mafias dedicadas a la “venta” y “renta” de estas casas
y departamentos abandonados, respaldados por despachos de abogados
especialistas en hacerle la vida imposible en los tribunales al Infonavit.
TODO CONDENADO A LA IMPUNIDAD. ¿Y LOS ACREDITADOS? BIEN,
GRACIAS
De este tema poco se habla, a pesar de que al interior del Infonavit el
fenómeno ya se convirtió en una industria donde esas mafias, coludidas (se
acusa) con los propios funcionarios de este instituto, llevan a cabo todos los
días ventajosos y pingües negocios al amparo de un desastre que nadie
desde la Ciudad de México o en Tamaulipas, como en el resto de las 31
delegaciones estatales, quiere enfrentar, con lo que esta invasión podría ya
no tener una solución legal y por lo tanto un desenlace favorable a los
propios acreditados originales.
Mismos acreditados que si por alguna razón, y a pesar de que ya no ocupan
las viviendas, vuelven a trabajar en empresas del sector privado, de nueva
cuenta el Infonavit volvería a deducirles de sus salarios el importe de las
mensualidades pendientes.
¿Quién tiene en gran medida la principal responsabilidad de que estas
viviendas hayan llegado a esos extremos de abandono, de cartera vencida,
de invasión y de negocios ilegales que a diario se perpetran?
Difícilmente, sino es que imposible que alguien asuma las culpas, el
problema se resolverá, mientras que, repito, miles de viviendas quedarán en
el “abandono” de las mafias y de los corruptos, al tiempo que el mismo
Infonavit, con las próximas reformas, se prepara (mire que contradicción) a
construir un millón de casas y departamentos.
¿Y los acreditados de las viviendas? Ellos muy bien. Gracias. La falta de
talento y de trabajo de funcionarios de Infonavit les cerraron las puertas, a
ellos y sus familias, ¡y se quedaron sin techo!
¡Excelente inicio de semana!
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