Por Juan Carlos Rodríguez Terrazas/EL SINODAL DE TAMAULIPAS
Reynosa, tam- A pesar de que durante 8 años supuestamente se han invertido más de 300 millones de pesos en obras de saneamiento del sistema de drenaje que abarcan la reconstrucción de las redes de drenaje, COMAPA Reynosa no ha dado solución al problema de caídos lo que ocasiona múltiples filtraciones a cielo abierto que no llegan a las plantas tratadoras y se vierten directamente al Rio Bravo.
Como se sabe este largo afluente es compartido entre las fronteras norte y sur de México y Estados Unidos, por lo que las afectaciones dañan el caudal internacional.
Según fantasiosas declaraciones que de manera constante hace el Presidente Municipal Carlos Peña Ortiz, el problema que le heredaron a su madre Maki Ortiz las administraciones anteriores, ya ha sido subsanado con cuantiosas inversiones que “en las que no ha habido necesidad de solicitar apoyos crediticios…”
CONSUMIMOS AGUAS PUTRIDAS
La gran realidad es que las fugas de desechos orgánicos desembocan en el Rio Bravo de cuyo caudal surten sus plantas potabilizadoras los organismos que manejan los sistemas de agua y drenaje en ambos lados de la frontera.
Un ejemplo total y rotundo puede mostrarse a lo largo de las calles Allende e Iturbide en el primer cuadro de la ciudad donde existen tapaderas del drenaje colapsado que no pueden detener en pestilente rescoldo que viaja a lo largo de varias calles a cielo abierto hasta caer en las atarjeas y colectores que conectan al rio Bravo.
Se supone que en esos puntos debe existir un colectar que descarga a las lagunas de oxidación que también son funcionales, mismas que envían el vertedero al mismo rio Bravo, donde no tarda en generarse un conflicto internacional por la irresponsabilidad de la COMAPA Reynosa y el Presidente del Consejo Consultivo del organismo operador que encabeza el propio presidente municipal Carlos Peña Ortiz.
REPARTEN CULPAS
Vale comentar que el mismo funcionario nunca acepta la responsabilidad sobre el mal funcionamiento de COMAPA y la serie de irregularidades que existen, acusando de sus hierros algunas veces a la Comisión Federal de Electricidad y otras a la CONAGUA, por los problemas que ocasionan en los hogares de cientos de miles de familias y los usuarios del servicio comercial e industrial que reciben aguas sin terminar el proceso de potabilización, que no pasan ninguna prueba de laboratorio según lo ha establecido de diversas formas la COEPRIS y la Secretaría de Salud.
