Por Agustin Peña Cruz*
La justicia en el ámbito jurídico y el razonamiento ideológico desde el poder político son
temas complejos que han sido debatidos por pensadores de diversas épocas y
tradiciones. Y hoy en día, no estamos ajenos, para ser más claro, y hondar en un
recordatorio al tema actual que es la “reforma al sistema judicial” con una idea arraiga y
enfoque poco trasversal que data en la Constitución de 1857.
Pues bien, en este análisis, retomamos a través de las aportaciones de Maquiavelo,
Platón, Max Weber y Gandhi, es posible trazar una comprensión profunda de estos
conceptos y los peligros inherentes al ejercicio del poder.
Maquiavelo, en su obra «El Príncipe», presenta una visión pragmática del poder político.
Para él, la justicia es un medio para mantener el orden y la estabilidad del Estado. La
moralidad y la ética son secundarias a la conveniencia política.
Esta perspectiva puede derivar en la instrumentalización de la justicia, donde los fines
justifican los medios, sacrificando principios fundamentales en aras de la estabilidad. Tal
enfoque conlleva el peligro de un gobierno tiránico, donde la opresión y la inmoralidad se
vuelven herramientas legítimas del poder.
Contrario a esta visión, Platón, en «La República», propone que la justicia es un principio
intrínsecamente valioso. Según Platón, la justicia se manifiesta cuando cada individuo y
clase social cumple con su función propia, contribuyendo al bien común. La justicia es
vista como una virtud esencial para la armonía y el bienestar social.
Sin embargo, Platón advierte sobre el peligro de la degeneración del gobierno hacia la
tiranía cuando los líderes no poseen conocimiento y virtud. La falta de justicia verdadera
puede corromper el poder y desintegrar el Estado en despotismo.
Max Weber introduce una perspectiva moderna con su distinción entre ética de la
convicción y ética de la responsabilidad. Para Weber, la justicia en el ámbito jurídico debe
ser racional y basada en normas legales.
La burocracia y la legalidad son esenciales para una administración justa del poder. No
obstante, Weber señala que una excesiva burocratización puede convertir la justicia en
una mera formalidad, olvidando el bienestar humano. Además, los líderes que actúan
únicamente bajo una ética de la convicción pueden ignorar las consecuencias prácticas
de sus acciones, resultando en injusticias.
Gandhi ofrece una visión profundamente ética de la justicia, basada en los principios de
no violencia y verdad (satyagraha). Para Gandhi, la justicia debe buscarse a través de
medios no violentos y respetar la dignidad humana. La justicia es tanto un objetivo como
un proceso que debe mantenerse moralmente íntegro. Sin embargo, la resistencia no
violenta puede ser explotada por regímenes opresivos, requiriendo una fuerte convicción y
organización para evitar ser vista como una debilidad.
El análisis comparativo de estos pensadores nos muestra una tensión constante entre la
instrumentalización de la justicia y su valor intrínseco.
Mientras que Maquiavelo y Weber reconocen la necesidad de la pragmática en el ejercicio
del poder, Platón y Gandhi resaltan la importancia de la virtud y la moralidad. Este
equilibrio es importante hoy en día dentro de la administración de justicia y el poder
político.
Por tanto, sirve en mucho esta reflexión que está ligada con la sabiduría de Maquiavelo,
Platón, Weber y Gandhi pues ellos, nos ofrece una guía para entender el razonamiento de
la justicia y el poder político.
Ya que hay que tener presente que, la justicia debe equilibrar la racionalidad y la
normatividad con principios éticos, mientras que el poder político enfrenta el peligro de la
corrupción moral y la burocratización excesiva.
Por otro lado, los líderes deben aspirar a un equilibrio que evite la tiranía y promueva el
bienestar humano, manteniendo siempre la justicia como un valor fundamental y no
meramente instrumental.
Sin lugar a dudas, que con el análisis que nos abarca a una reflexión sobre estas
perspectivas filosóficas y prácticas es esencial para desarrollar una administración justa y
equitativa en cualquier sociedad, esperemos que dicha reforma de llegarse a concretar
sea en beneficio de quien menos tienen, de los grupos minoritarios y no únicamente se
incline en el poder del estado y en el beneficio de unos cuantos pero sobre todo no se
convierta en una conveniencia de estado generalizado por una sola ideología, que nos
puede llevar a la monarquía o al autoritarismo, porque así estaríamos viviendo un sistema
maquiavélico.
Nos vemos en la siguiente entrega mi correo electrónico es agustin@noticiaspc.com.mx