Por MARCELINO García CONTRERAS
¿Qué significa un Congreso fuerte?
Uno que cumple su labor política de representación de la soberanía popular, que funge como eje gravitacional de la democracia y equilibra los poderes.
¿Ante la anterior interrogante?
Para quien el liderazgo del Congreso de Tamaulipas.
Se habla de tres diputados, los tres están en su reelección, -primero las damas- Úrsula Patricia Salazar, Humberto Prieto y Armando Zertuche.
De Armando Zertuche, quien fue el primer líder del Congreso -liderado por MORENA- y que no se pudo sostener ante los embates de los panistas comandados por el ex Gobernador Francisco Javier García Cabeza de Vaca, se dice que no cubrirá el perfil que se requiere para tener un congreso fuerte.
En el caso del ex diputado federal panista y hoy diputado local morenista, se dice que proviene del equipo de la ex alcaldesa y cacique de Reynosa, Tamaulipas, Maki Ortiz, desde luego los dos ligados a la militancia panista.
Su posicionamiento es débil, debido a la honestidad y lealtad que le debe de tener a los poderes del estado.
Por el lado de la Tampiqueña Úrsula Patricia Salazar, que se puede decir, que es una guerrera, de las primeras que se sumaron a la creación del partido MORENA, en el sur de Tamaulipas, de la cual a bastos ejemplos, que logro lo que muchos no deseaban, el triunfar en una elección competida ante el panismo fuerte de Tampico.
Otra más, que cuando tomó las riendas del Congreso de Tamaulipas, el panismo de los Cabeza de Vaca, intento desaforarla, armándole expedientes desde la Fiscalía Anticorrupción, que soporto la represión del gobierno panista en todas sus expresiones.
Ante todo, lo anterior y por la experiencia a Úrsula, le corresponde volver a presidir el liderazgo del Congreso de Tamaulipas, porque sin duda alguna y por lógica podrá llevar al poder legislativo a la fortaleza y al equilibrio de poderes que en estos momentos Tamaulipas, lo necesita.
En ese contexto se requiere un equilibro de capacidades y de pactos, uno en el cual el Congreso y los diputados en particular deben demostrar independencia en función de los intereses de Tamaulipas, y no de intereses particulares.
Ahora sí, ¿adiós al PRI?
Vaya paradoja: quizá nunca antes había existido un líder nacional tan poderoso dentro el PRI; pero, al mismo tiempo, el Partido Revolucionario Institucional jamás había sido tan débil.
Hay quienes retratan a Alejandro Moreno como un político de poca monta, sin talento ni importancia. Se equivocan: Alito cuenta con una enorme habilidad política. Es maquiavélico, astuto, sabe tejer alianzas y negociar o emplear la fuerza dependiendo la situación.
Sin embargo, Moreno ha utilizado todo ese talento político para su beneficio personal y el de su grupo político. Ése es el verdadero problema. Alito no juega para nadie; juega para sí mismo.
Lo que viene ahora, serán más escurrimientos de militantes del PRI, hacia MORENA, y eso porque ya no hay otro partido en México, ahora si… Ahora sí, ¿adiós al PRI?
ORACULEROS NOS VEMOS POR Tamaulipas.