La Comuna

Opinión

 

José Ángel Solorio Martínez

Hoy por hoy, no hay líder social más potente en Tamaulipas, que el dirigente magisterial tamaulipeco, Arnulfo Rodríguez Treviño. En el escenario regional, activan numerosos dirigentes obreros, campesinos, burócratas y otros de menor calado. En sus últimos estertores, la CTM aún posee una urdimbre de representantes obreros que destacan por tener la interlocución de miles de empleados de la industria maquiladora.
En el sur tamaulipeco, sobresale el sindicato de trabajadores petroleros. Sin pasar por alto, la cooperativa administrada por el Gremio Unido de Alijadores. Ambos actores, resultaron vulnerados por los latigazos del neoliberalismo; ya no son, lo que fueron en el pasado. El GUA con el puerto a medio privatizar y los petroleros flagelados por dirigentes charros más corruptos que la ola neoliberal que los sepultó, son ahora, fantasmas que lamen sus heridas lastimeramente.
Ante ese escenario de conculcación de la retícula proletaria en la entidad, la Sección XXX del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) y su conductor Arnulfo, se han significado como el segmento de la fuerza laboral regional más vigorosa e influyente.
No fue una jornada fácil, para los profesores.
Llevar a Rodríguez Treviño a la Secretaría General de la Sección XXX, representó un grandísimo esfuerzo de organización y de lealtad a los principios que sustentan la educación pública tamaulipeca, para triunfar contra representantes del pasado azul.
Arnulfo desde su llegada a la Sección –hace más de dos años–, se comprometió con la IV T y su proyecto en defensa de la educación pública, el libro de Texto Gratuito y el nuevo concepto para dinamizar el sistema educativo nacional: la Nueva Escuela Mexicana.
Algunos de la IV T –entre ellos la secretaria de Educación de Tamaulipas, Lucía Aimé Castillo Pastor– por razones diversas, han confrontado con el dirigente magisterial. Incluso, esa ilustre dama, intentó desplazarlo de la dirigencia; no pudo: sólo logró que se incrementara el odio de los maestros hacia ella, dando continuidad a un diferendo que debió apagarse al momento de la intervención de la Secretaría de Gobernación en la huelga magisterial que estremeció al estado.
Rodríguez Treviño, tiene más de medio siglo en el torbellino que es el movimiento del profesorado tamaulipeco. La primera vez, que fue electo como secretario general de la Sección, fue en la más sólida época de Elba Esther Gordillo; contravino sus instrucciones y fue a la elección interna con la venia única de la voluntad de las bases: ganó.
La segunda ocasión que resultó elegido, fue contra la decisión de los factores locales y nacionales que habían palomeado a un distinguido panista. Hizo morder el polvo a sus adversarios y sus padrinos.
El escenario nacional y regional de actualidad le sonríen a Arnulfo.
Y la aritmética política es muy sabia: tus fortalezas, son directamente proporcionales, a las debilidades de tus enemigos.
Arnulfo, se incorporó en las horas tempranas al Segundo Piso de la IV T y el CEN del SNTE, ya ha logrado acercamientos con la secretaria de educación de la presidente, Claudia Sheinbaum.
Otra: el líder nacional Alfonso Cepeda Salas, se prepara para asumir como Senador, un relevante cargo en la Comisión de Educación del Senado de la república.
Bajo aquel axioma, Lucía Aimé, sale lacerada en el nuevo reacomodo de fuerzas en la entidad y el país.
¿Qué mejor regalo para Arnulfo en su cumpleaños –15 de agosto–, que toda esa cauda de buenas noticias?

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