La Comuna

Opinión

 

El tamaulipeco Jefe del Estado mexicano

José Ángel Solorio Martínez

El tamaulipeco –victorense– Emilio Portes Gil, es el personaje político más relevante en la historia de nuestro estado. Fue diputado federal, Procurador General de Justicia, Gobernador de Tamaulipas, secretario de Gobernación, secretario de Relaciones Exteriores y presidente de la república.
Su larga trayectoria como abogado y como político, modeló algunas de las más relevantes partes del sistema político mexicano: Fundó el Partido Socialista Fronterizo (1924), que se convertiría en uno de los prototipos de lo que sería cinco años más tarde (1929) el Partido Nacional Revolucionario(PNR); resolvió, por la vía del diálogo como titular del Ejecutivo federal, –a pesar de las reticencias de Calles– el conflicto del Estado con el Clero (Guerra cristera: 1926-1929) al tiempo de otorgar, la Autonomía a la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) –julio 10 de 1929– y colaboró con planteamientos novedosos y progresistas, en la redacción de la Ley Federal del Trabajo –1931–.
Su legado más impactante para el país: pacificó la nación, para que la elección de su sucesor –Pascual Ortiz Rubio–, se llevara a cabo, en un ambiente de gobernabilidad y paz sociales.
La figura de Portes Gil ha sido subestimada en los escenarios local y nacional.
¿Por qué el abogado tamaulipeco, ha sido soslayado por la historiografía mexicana?
Por una razón: es considerado, parte del período conocido como el Maximato –1928 a 1934 –. Es decir: lo han metido en el mismo saco, que Pascual Ortiz Rubio y Abelardo Rodríguez, describiéndolo como sumiso subalterno de Calles.
Nada más alejado de la realidad.
Su visión para organizar el PSF y el PNR; sus esfuerzos por apagar la guerra cristera; su vocación de intelectual, que exhibe al ofrecer la Autonomía a la UNAM; su sensibilidad social y la decisión de encausar los diferendos entre el capital y el trabajo bajo el manto de la ley –es sin duda, uno de los precursores de la reglamentación del artículo 123 de la Constitución–, lo pintan, no como una marioneta del expresidente Plutarco; lo perfilan sí, como uno de los hombres del Estado posrevolucionario mexicano más visionarios y potentes.
¿Qué explica, la poca estima de su persona en Tamaulipas?
1.- El odio de las élites. En su estancia en el sur del estado –Doña Cecilia y Tampico– organizó y defendió los intereses de los sindicatos porteños –entre ellos el petrolero–. Y como gobernador, dotó a miles de campesinos terrenos que los sacaron de la pobreza y se transformaron en la base social del político victorense en la Liga de Comunidades Agrarias.
2.- Democratizó el poder. Con Portes Gil, las élites dejaron de ser las exclusivas propietarias del circuito del poder en el estado: pudieron ser alcaldes, campesinos pobres –uno de ellos, pudo convertirse en gobernador: Magdaleno Aguilar– y muchos obreros tuvieron la dicha de ser alcaldes, diputados y regidores –Tampico y Villa Cecilia–.
De otra forma: Emilio, creó las condiciones sociales y políticas para que se encumbraran en los más altos puestos de autoridad en la región, representantes reales de las mayorías.
3.- A pesar de haber sido el factor conciliador con la Iglesia católica, segmentos de ella, no le perdonaron sus vínculos con Calles y lo consideraron enemigo de la libertad religiosa. El Clero tamaulipeco, cuyo centro de gravedad, estaba en Tampico, dispersó en sus iglesias el rencor contra el victorense.
¿Es necesario rescatar el legado de Portes Gil para los tamaulipecos?
Evidentemente: sí.
Representa el expresidente, varios valores fundamentales de la política y la convivencia ciudadana: la honestidad –nunca fue acusado de deshonesto– la mayoría de sus correligionarios que llegaron a la gubernatura, vivieron en la austeridad y la medianía después de dejar el cargo; la tolerancia: nunca reprimió a sus adversarios; el respeto por la legalidad: como abogado, y como representante popular, siempre se mostró obediente ante la ley; fue intransigentemente plural: trató como iguales a sus aliados y a sus detractores; y sobre todo: hizo un gobierno para todos.
El 5 de febrero de 2025, se cumplen 100 años del ascenso al poder político de Emilio Portes Gil y seguidores en Tamaulipas.
Es pertinente, recuperar su justa dimensión histórica.
(El 24 de septiembre de este 2024, El Bravo Films y José Ángel Solorio, darán el primer plaquetazo para iniciar en la República de Santo Domingo, el documental cinematográfico, Emilio Portes Gil y el Partido Socialista Fronterizo).