Dr. Adán W. Echeverría-García
Ricardo Anaya, excandidato presidencial, ex dirigente del Partido Acción Nacional, vuelve a México después de 5 años de vivir entre Europa y Estados Unidos de América, escondido para no enfrentar a la justicia mexicana.
Vuelve porque lideró la puja económica que, nos cuentan fuentes muy enteradas, realizó hacia Marko Cortés para que le permita ocupar los primeros puestos en la Lista de Plurinominales para esa fuerza política.
El cinismo de estos dos panistas no conoce límites. Antes de poseer el fuero que ahora lo arropa y aleja de la justicia, el señorito estuvo bien oculto pagando para no ser deportado desde los Estados Unidos; escondido en sus apartamentos de lujo, y desde ahí, enviando sumas enormes de dinero para que sus empleados se encargaran de allanarle el camino.
Esos actos de los panistas es justo lo que los mexicanos que han votado por los personajes y gobiernos de la Cuarta Transformación no quieren que siga ocurriendo. ¿Cómo es posible que ocupes un puesto en la próxima Legislatura si sobre ti pesan acusaciones de delitos no aclarados?
Hay que recordar que Anaya es acusado de recibir un soborno de 6 millones 800 mil pesos para votar a favor de la Reforma Energética. Delitos por los que podría sumar hasta 30 años de reclusión si es hallado culpable.
Al conocer sobre esta acusación, Anaya decidió huir del país, y esconderse. Y no es sino hasta ahora que decide volver y por la madrugada entrar a la CDMX para, a escondidas, registrarse como senador plurinominal.
Este es uno más de los vergonzosos casos en los que la mayoría de los que forman parte del Partido Acción Nacional siempre tienen sobre sus hombros. No hay que olvidar que aquel que fuera presidente espurio de México: Felipe Calderón Hinojosa, vive escondido en España, para no enfrentar la justicia; esa justicia que tiene en la cárcel a quien fuera su secretario de Seguridad durante su gobierno: Genaro García Luna, hallado culpable de liderar redes de narcotráfico en los Estados Unidos. No hay que olvidar que Ricardo Anaya surge a la luz de la política mexicana, justo en el sexenio de Felipe Calderón.
Los diputados de Morena, los senadores de Morena y sus aliados, deben poner manos a la obra de manera inmediata, si quieren gozar de credibilidad, dando trámite al Juicio de Desafuero contra Ricardo Anaya, senador plurinominal. No puede haber un nuevo gobierno con personajes corruptos tomando decisiones desde la máxima tribuna de las leyes de nuestro país. Nunca más ningún corrupto. Nunca más otro Ricardo Anaya. Anaya tiene que perder el fuero y enfrentar a la justicia mexicana