POR FERNANDO ACUÑA PIÑEIRO
Derrotado política y electoralmente en su propio estado, sin poder sacudirse su estatus de prófugo de la justicia federal, y considerado por sus propios correligionarios como el enterrador del panismo en Tamaulipas, el ex gobernador de triste memoria busca asirse al pataleo de la anti reforma judicial.
El problema es que desde Claudio X González, hasta el PRIAN y la marea rosa, nadie le hace caso.
¿Por qué no voltean a verlo?
Bueno porque dicho personaje ya no ejerce ningún liderazgo en el estado, mucho menos en el país. Para efectos del inventario opositor, ya no es un activo, sino un pasivo. Durante la candidatura de Xóchitl Gálvez, buscó ser el asesor en seguridad, y lo destituyeron. Le retiraron la diputación plurinominal, y es muy probable que tampoco dejen llegar a alguno de sus más allegados a la LXVI legislatura local de nuestro estado.
El análisis que hacemos desde este espacio pretende ser objetivo. Y en ese sentido, podemos conceder que en su momento Cabeza fue de los primeros que desafió al Presidente AMLO, lo encaró, pero no con argumentos de corte democráticos, como en buena lid se puede realizar un debate entre dos políticos con diferente ideología.
Las de CV contra el titular del Ejecutivo federal, más bien fueron amenazas de corte personal, ínfulas de intolerancia y soberbia, ante un morenismo que seguía avanzando en Tamaulipas y ya anunciaba que los echaría del poder. Lo hizo por la vía de las urnas en el 2022.
Y a partir de ahí el nuevo gobierno del doctor Américo Villarreal Anaya lejos de caer en las provocaciones de su antecesor, lo ha vencido con programas sociales en favor de las familias tamaulipecas. Desde su arribo a Palacio el doctor AVA se ha dedicado a lo suyo: a instrumentar y aplicar las políticas públicas necesarias para el bienestar de las y los ciudadanos.
El resultado fue que en la elección de este año, la marca MORENA y sus candidatos a alcaldes y diputados locales, literalmente barrieron con los abanderados azules, que en su gran mayoría fueron palomeados desde el estado de Texas.
Es decir, el pasado dos de junio, el pueblo de Tamaulipas, especialmente sus grandes y medianas ciudades donde se asienta casi el 90 por ciento de la población, no solo refrendaron el voto en favor del gobierno estatal morenista, sino que profundizaron en su rechazo al sexenio cabecista del periodo 2016-2022.
Entre otras lecturas políticas, ¿Qué fue lo que nos enseñó el resultado de la elección 2024..? Que cuando un gobierno es aliado del pueblo, y le hace llegar los apoyos que por justicia social le corresponden, de nada valen las guerras de lodo, las grillas sotaneras y los sabotajes en contra de sus autoridades. Como ha dicho AMLO: el pueblo es sabio y no se equivoca.
Díganme ustedes: ¿tuvo alguna influencia la narrativa negra de los panistas, donde metieron el tema de los Carmona y su baño de mugre..? Pues Pareciera que ese tipo de estrategias fueron como una especie de boomerang que perjudicaron más a sus autores.
Esta visión errática de concebir la política como instrumento para hacer negocios, y enlodar a sus adversarios, ya forma parte de las herramientas caducas del poder.
Invariablemente, esto es lo que han venido haciendo los azules en Tamaulipas, desde el 2018, hasta este 2024. Y es muy probable que si el PAN no se pone las pilas y opta por acogerse a una mejor sombra política, diferente a la estrategia de choque preferida por los texanos, sus bonos sigan bajando.
Conclusión:
Hoy CV parece gritarles a los 43 senadores del PRIAN-MC que lo rescaten del corral texano en el que lo tiene copado la justicia del gobierno federal.
—–Eyyt denme canicas para sumarme a la refriega contra Obrador, clama a gritos el ex gobernador, pero la lucha política en México, esta guerra donde MORENA tiene contra la pared al PRIAN, ya no tiene vuelta de hoja. Simple y sencillamente porque ante un Claudio X, existe una Claudia con todo el abecedario del poder en sus manos.
Los profundos cambios que se avecinan en este país, difícilmente van a poder detenerlos 43 senadoras y senadores conservadores.
Si el PAN cabecista quiere regresar, tendrá que esperar por lo menos diez años más. Y en ese inter administrarse en sus impulsos revanchistas y estrategias de choque.
Porque lo que viene, es un ajedrez morenista de profundizar en la transformación social.
Pero también, emergerán con mucha fuerza las labores de investigación y de inteligencia por parte del Estado mexicano.
Ha nacido un nuevo sistema político, y desmontarlo para la oposición va a ser bastante complejo.
Empezando por cuestiones tan básicas como cambiar el discurso y deponer la actitud soberbia e intolerante.
Esto último, es ni más ni menos que el santo y seña de los texanos.