Dr. Adán W. Echeverría-García
La caricatura que se ha vuelto la oposición al gobierno de Andrés cada día es más patética. Mientras papá Ferriz anda diciendo que descubrió el algoritmo diseñado por cubanos y venezolanos (sí, esos mismos pueblos de los que la oposición nunca se ha casado de decir que viven en la total decadencia y en el submundo, ahora tienen la capacidad tecnológica y el ingenio para crear un algoritmo de tal naturaleza), para alterar el conteo de las boletas electorales del 2 de junio, donde 36 millones de personas le dieron su voto a Claudia Sheinbaum. Pero el patetismo no termina ahí, se puede hacer un listado de todos y cada uno de los actos patéticos que, sumados a los actos de corrupción, pintan a los opositores como una vergüenza nacional de alcances históricos. Veamos algunos de ellos.
En primer lugar, no se puede más que volver a poner la idea del algoritmo de Pedro Ferriz de Con. Ese algoritmo que en el INE contabilizó cada voto por Xóchitl como un voto por Claudia.
Han señalado que Norma Piña debería ser nombrada presidenta de México, toda vez que es la presidenta de la Suprema Corte de Justicia, y como señalan que hubo un fraude electoral; sobre ella debería caer el cargo. Terminan diciendo: “Lo mismo hicieron en su momento con Benito Juárez, pasó de presidente de la Suprema Corte de Justicia a presidente de México, así que sí se puede.”
Los jóvenes universitarios que han salido a marchar contra la “Reforma Judicial”, han gritado que desde 1968 jamás ha habido otra manifestación estudiantil en México. Es obvio que estos chamacos no se enteraron del Halconazo perpetrado por el gobierno de Luis Echeverría contra los estudiantes universitarios que se manifestaban. Tampoco se enteraron de todas las manifestaciones que se dieron en la Huelga que paralizó a la UNAM en la década de los 90, que Ernesto Zedillo terminó por romper metiendo a la policía federal a Ciudad Universitaria.
Han dicho también que a los senadores les es imposible leer 240 páginas en 48 horas. Acá, es probable que digan la verdad. Senadores de la talla de Lilly Téllez no creo que tengan gran capacidad lectora, menos personajes como Alejandro Moreno, Kenia López Rabadán, Marko Cortés, y demás fauna.
Periodistas de diversos medios han salido a las calles a preguntar a los manifestantes, que asumen ser trabajadores del Poder Judicial, ¿Con qué parte de la Reforma no están de acuerdo? Y muchos entrevistados han soltado como respuestas que con las modificaciones a la reforma les quitarán la propiedad privada, que planean la reelección de Andrés, que solo quieren preparar el campo para que Andrés regrese en dos años; que se perderá el derecho a la libre expresión y el derecho al libre tránsito. ¿Quién les dice tanta tontera? Lean la Reforma, por Belcebú, leer los hará libres.
Incluso, una senadora por Aguascalientes, del partido Acción Nacional, pidió linchar a los senadores que voten a favor de la Reforma.
Ver y leer para creer.
Uno pensaba que los integrantes de la oposición no podían caer más bajo, pero se esfuerzan en hacerlo. Y fruto de ese esfuerzo es que han tomado como eslogan el número 43; y han hecho de ese número su bandera para estos días. Aunque por más de una década ignoraron la lucha de los 43 estudiantes que el gobierno de Peña Nieto hizo desaparecer. Tratando de cambiar la narrativa de los hechos, de las luchas: apropiarse de las calles, apropiarse de las luchas de los que siempre han padecido y que gritan por igualdad de derechos.
Qué cosas con la oposición. Con todo, tienen que entender que la Reforma va.