COLUMNA OPINION ECONOMICA Y FINANCIERA

Opinión

 

Dr. Jorge A. Lera Mejía.

Albergues y migrantes varados en México resienten las nuevas restricciones en la frontera con Estados Unidos, donde este lunes se cumplen dos semanas del anuncio del Gobierno de Joe Biden de endurecer la seguridad fronteriza y limitar el asilo en medio de las campañas electorales en los próximos 20 días.

El tema migratorio se vuelve a politizar, sea por parte de los demócratas o los republicanos, y eso sí afecta porque en este caso los migrantes siguen cruzando nuestro territorio y van a buscar la manera de poder introducirse o llegar, pero ahora con mayor riesgo, con grandes peligros por los criminales acechando desde nuestro país, y las amenazas de la Border Patroll del lado norteamericano.

El Gobierno de Joe Biden anunció el 30 de septiembre que endurecería las restricciones que promulgó en junio para prohibir a las personas que crucen de manera irregular pedir asilo en Estados Unidos y suspender la atención a solicitudes si se superan los mil 500 arrestos de indocumentados en la frontera por siete días.

Desde junio las deportaciones de migrantes arrestados en la frontera se han triplicado, y las autoridades deportan ahora a un 70% de todos los adultos y familias detenidos en la frontera, según el Departamento de Seguridad Nacional (DHS).

Las nuevas disposiciones incluyen un refuerzo de la seguridad fronteriza, y los solicitantes ahora deberán demostrar, de manera más exhaustiva, que han pedido protección en un tercer país antes de llegar a Estados Unidos.

La detención diaria de migrantes en la frontera de Estados Unidos con México cayó un 66% de diciembre 2023 a septiembre 2024, según el Gobierno mexicano, pero la «migración irregular» a través de México se elevó un 193% interanual en la primera mitad del año 2024 hasta superar las 712 mil personas, según la Unidad de Política Migratoria. Cifra que pudiera repetir poco más del millón de transmigrantes registrados por nuestro territorio qué cruzaron en 2023. Cifras históricas e inéditas.

No debemos olvidar qué hoy día, por cada dos transmigrantes extranjeros qué cruzan por nuestro territorio, se registra al menos un emigrante de origen mexicano, por lo que al primer semestre del año 2024, se estima que se han expulsado cerca de 250 mil mexicanos hacia EEUU, calculando qué al cierre del año estarán cruzando ilegalmente un promedio de 500 mil mexicanos.

Lo anterior justifica la actual política norteamericana de endurecimiento de la frontera entre México y Estados Unidos, misma que se ha vinculado a la movilidad irregular de personas, particularmente, al flujo migratorio de mexicanos con destino al vecino país del norte, siendo una de las principales corrientes migratorias que refuerzan la movilidad Sur-Norte.

En este sentido, las políticas y acciones por parte del gobierno estadounidense para proteger sus fronteras se han asociado de manera directa a la historia de la migración tradicional México-Estados Unidos.

FUTURO DE LAS POLÍTICAS MIGRANTES DE EE.UU.

Ante las amenazas del tema migrante, qué ambos candidatos han esgrimido en los últimos meses, el futuro de nuevas políticas migratorias esperadas, aunque son antagonistas, tanto Kamala Harris, candidata del Partido Demócrata, y Donald Trump, candidato del Partido Republicano, coinciden con gran parte de la ciudadanía en que la migración será uno de los principales problemas del país que deberán atacar de urgencia.

Mientras, la retórica antinmigrante se sigue instalando en las campañas y en los discursos, lo que les está ayudando a ambos candidatos a ganar simpatías entre los ciudadanos que sienten amenazados sus valores y su cultura –un enfoque nativista, xenófobo y racista– frente a la llegada masiva de extranjeros. Incluso el último reporte de la encuestadora Gallup establece que la migración se ubica como el tema de mayor preocupación por 22% de los norteamericanos consultados.

Aunque son antagonistas, tanto Kamala Harris, candidata del Partido Demócrata, y Donald Trump, candidato del Partido Republicano, coinciden con gran parte de la ciudadanía en que la migración es uno de los principales problemas del país y se debe atacar de urgencia.

Mientras, la retórica antinmigrante se instala en la campaña y en los discursos, un camino que les estaría ayudando a ganar la simpatía entre los ciudadanos que sienten amenazados sus valores y su cultura –un enfoque nativista, xenófobo y racista– frente a la llegada masiva de extranjeros.

En el pasado debate, Kamala Harris señaló que es necesario mantener la seguridad en la frontera, pero no dio detalles de una posible estrategia. En cambio, habló sobre su experiencia en el tema cuando fue fiscal de California y enfrentó mafias de traficantes de personas.

En tanto, Donald Trump reafirmó su plan de iniciar una campaña de deportación masiva con ayuda de las Fuerzas Armadas y aprovechó para atacar a los venezolanos, al afirmar sin sustento que en Venezuela los crímenes se redujeron porque ahora se cometen en EE.UU.

A pesar de las variaciones en sus posturas, ambos coincidieron en la necesidad de frenar la llegada de más migrantes.

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