Por Marcos Olivares
¿Desarrollo Sustentable o Sostenible?
Es muy común que utilicemos los términos ‘Sustentable’ y ‘Sostenible’ de acuerdo a criterios propios, sin embargo, esto no quiere decir que estemos en lo correcto, y no por mal educados, es práctica común de la “Vox Populi”, aunque tienen diferencias importantes en su enfoque y aplicación. Averigüemos, pues:
¿Qué es el Desarrollo Sostenible?
El desarrollo sostenible es un concepto que se aplicó por primera vez en 1987 en el Informe Brundtland. Refiere a la búsqueda de un avance social y económico que asegure a los seres humanos una vida sana y productiva, pero que no comprometa la capacidad de las generaciones futuras de satisfacer sus propias necesidades.
En otros términos, define como la capacidad de satisfacer las necesidades presentes sin comprometer las oportunidades de las generaciones futuras. Se centra en integrar los aspectos sociales, económicos y ambientales a largo plazo.
¿Qué es el Desarrollo Sustentable?
De acuerdo a su definición, el diccionario de la lengua española define sustentabilidad cómo lo “que se puede sustentar o defender con razones”.
El Desarrollo Sustentable se concentra específicamente en la preservación y conservación de los recursos naturales y el medio ambiente, asegurando que no se comprometa su disponibilidad para futuras generaciones.
El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la CEPAL son pilares en la promoción de estrategias para el Desarrollo Sustentable en América Latina, estableciendo bases para mitigar el impacto ambiental y promover prácticas sostenibles.
¿Cuáles son las diferencias entre Desarrollo Sostenible y Sustentable?
Desarrollo Sostenible: Equilibra necesidades sociales y económicas con la preservación de recursos naturales a largo plazo.
Desarrollo Sustentable: Focalizado en la conservación y protección directa de los recursos naturales para el beneficio inmediato y futuro.
Es importante aclarar que sostenibilidad y sustentabilidad son dos conceptos que van de la mano, pues tienen el mismo objetivo en común: proteger los recursos del planeta y el medio ambiente.
En ambos casos es vital no comprometer los beneficios de las generaciones actuales y las venideras.
Ahora bien:
¿Cuáles son los beneficios para las empresas?
Los consumidores actuales (jóvenes principalmente) prefieren a las empresas que se preocupan por sus repercusiones, que toman en cuenta la responsabilidad social y que se actualizan según el entorno.
Mejor aceptación y mayores ventas para las instituciones sustentables o sostenibles que buscan continuamente lograr un entorno en el que se pueda vivir con calidad y de una manera más responsable.
Herman Daly, economista ecológico estadounidense, profesor y galardonado en 1996 con el Premio Nobel Alternativo o Premio Right Livelihood, que consiste en “honrar y apoyar a organizaciones y personas valientes que proponen soluciones visionarias y ejemplares a las causas profundas de los problemas globales”, definió algunos principios de la sustentabilidad.
Los recursos renovables no deberán utilizarse a un ritmo superior al de su generación.
Las sustancias contaminantes no podrán producirse a un ritmo superior al que pueda ser reciclado, neutralizado o absorbido por el medioambiente.
Ningún recurso no renovable deberá aprovecharse a mayor velocidad de la necesaria para sustituirlo por un recurso renovable utilizado de manera sostenible.
Daly también establece que se debe impulsar aquella tecnología que aumente la productividad de los recursos naturales (un mayor beneficio por el uso del recurso) y reducir aquellas que requieren una mayor cantidad de recursos naturales para producir lo mismo.
Basado en estos principios se puede establecer que la relación entre el crecimiento de las actividades humanas (que implican el consumo de los recursos naturales), la resiliencia del ecosistema y las acciones para renovar los recursos naturales y/o las acciones efectuadas para mitigar los efectos contaminantes, determinarán si un proceso es sustentable o si por el contrario contribuye al deterioro ambiental.