VIDA DIARIA

Opinión

 

POR ROSA ELENA GONZALEZ “Se trepo al tren de la revolución”, es un conocido dicho popular que por lo general se utiliza para hacer alusión a una persona que tiene un alto puesto gubernamental, el problema es que hay personajes que apenas se trepan al estribo y ya sienten que no los merece ni el aire que respiran, desconocen hasta a quienes les ayudaron, creen que el puesto les durara toda la vida.

Igual hay otro refrán que reza, “Ya le hizo justicia la revolución”, haciendo alusión a una persona que ha luchado para conseguir algo y con esfuerzo lo logro. Pero también, cuando una o varias personas luchan de manera correcta, con honradez y por el camino del bien a menudo se escucha decir que ya es necesario que le haga justicia la revolución.

Vienen a colación los dichos porque ayer los mexicanos conmemoramos un aniversario más del inicio de la Revolución Mexicana y las noticias dieron cuenta que en plena celebración, a lo largo y ancho del territorio nacional, se vio desde los encumbrados que se treparon al tren de la revolución pasando por los que luchan esperando que un día les haga justicia la revolución y hasta los que dicen que no les hace justicia la revolución pero que no hacen nada para lograr sus objetivos.

Lo bueno es que, en casi todo México, a excepción de los lugares donde se han vivido eventos violentos, se celebró el 20 de noviembre, se llevaron a cabo los tradicionales desfiles para conmemorar la fecha. La lucha armada de un pueblo, guiado por verdaderos líderes que se armaron de valor para levantarse en armas y pelear contra el supremo gobierno por un México con mejores condiciones de vida para todos, que los privilegios no fueran solo de unos cuantos empoderados.

Dio gusto ver que en esta ocasión los desfiles fueron alusivos a la revolución mexicana, bailables y representaciones de Adelitas con sus Juanes y, claro, las caracterizaciones de los revolucionarios, sobre todo de PANCHO VILLA y EMILIANO ZAPATA.

Música, vestuarios y representaciones acorde a la conmemoración y las magníficas expresiones de nuestro Ejército Mexicano, además de jóvenes de pentatlón, los charros y escaramuzas.

Eso es bueno porque hace algunos años en los desfiles del 20 de noviembre se veían más tablas gimnasticas con música en inglés o representaciones de artistas o historietas de televisión en lugar de revolucionarios.

Los desfiles, además para recordar el inicio de la revolución mexicana, deben ser útiles para inculcarles a las nuevas generaciones el arraigo, el amor a la patria, que México es un país con gran historia.

También se recuerda y sirve para la reflexión, hacerle saber a los políticos que el pueblo cansado de que le pisoteen sus derechos es capaz de todo, más ahora que no hay equilibrio en la patria, que los padres quieren un país libre e igualitario para sus hijos, cuando el pueblo lo está agobiado se levanta e inicia una revolución para exigirle al supremo gobierno cumpla con su obligación, les proporcione tranquilidad a todos por igual para tener prosperidad.

No solo es la fiesta de los desfiles, lo principal es que se recordó aquella lucha donde el pueblo cansado de tantas injusticias, armado más de valentía y la necesidad de pelear para tener mejores condiciones de vida para los que quedaran en pie, es decir, los que sobrevivieran la batalla desigual, se manifestó contra el supremo gobierno.

Hoy a 114 años de distancia, se sigue derramando sangre, pero ahora por otro tipo de luchas en las que involuntariamente el pueblo es participe en algunos casos, hay grandes terratenientes, los campesinos siguen batallando para hacer producir la tierra y su voz ni siquiera es escuchada.

Después de 114 años a muchos mexicanos aun no les hace justicia la revolución, lo peor es que tal parece que el pueblo ha perdido las ganas de luchar para tener el México libre y próspero que se requiere para bien de todos, se ha caído en muchos de los casos en la conformidad, el esperar a ver qué sucede o que otros hagan lo que deberíamos hacer en conjunto para concretar una buena revolución.

Pero no una revolución con armas, esa ya la pelearon nuestros héroes hace 114 años, no se requiere hoy más violencia porque ya se ha tenido bastante en los últimos tiempos y tal parece que solo genera más caos donde los que más pierden son los desprotegidos, los de a pie.

Lo que se requiere en estos tiempos es una revolución de ideas, la lucha que necesitamos es diaria, con trabajo. No se necesitan levantar rifles o carabinas, lo que se necesita es alzar la voz ante las injusticias. Exigir que el supremo gobierno federal no sea candil de la calle y oscuridad de su casa, que no vea y deje pasar, sino que actué en contra de quienes generan caos y violencia, que se generen las condiciones para que se tenga una patria prospera e igualitaria.

Si, ya es tiempo de que, a todos los mexicanos, de una manera u otra, nos haga justicia la revolución.

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