Por Oscar Díaz Salazar
De acuerdo a un dicho popular «hay tiempo para tronar cuetes, y tiempo para recoger varas», y en el caso de los partidos políticos llegó el tiempo de recoger varas, limpiar la casa, hacer la autocrítica y prepararse para las siguientes campañas.
A pocos meses de haber concluido el proceso para renovar autoridades, los partidos políticos se encuentran hoy inmersos en la tarea de cambiar sus dirigencias.
Reflejo de su deterioro y achicamiento, el PRI designó como presidente del Comité Directivo Estatal en Tamaulipas a un regidor de El Mante, Bruno Díaz, tocayo de Batman en la vida real del personaje de ficción, dicho esto con respeto al C. Bruno Díaz, a su pueblo y a lo que queda de su partido.
De la elección del presidente de morena sabemos que la asamblea respectiva está programada para el fin de este mes, que el presidente saldrá del universo de noventa consejeros estatales y que la correlación de fuerzas al interior del Consejo está fragmentada y dividida en tercios, uno del gober, otro de Maki y otro de «sueltos».
En el caso de Movimiento Ciudadano la designación recayó en el ex candidato a presidente municipal de Matamoros, Roberto Lee, quien ya inició una gira estatal de posicionamiento para darse a conocer -y conocer- a los militantes y simpatizantes del partido naranja.
En el mismo tema de los partidos políticos, el grupo de la «sociedad civil» que arropó a Xochitl Gálvez bajo la denominación de la ola rosa, anunciaron su pretensión de crear un partido político. El vocero de ese «movimiento» es el ex perredista, huérfano de partido, y ex representante del gobtam y de Francisco N en CDMX y en el club de gobernadores, Guadalupe Acosta Naranjo.
En el caso de Acción Nacional, el dueño de la franquicia, Francisco N, re habilitó al gerente del Comité Directivo Estatal, Luis Cacharro Cantú, a pocos días de concluir el proceso electoral.