Ciudad de México.- Cuenta la leyenda futbolera que es de mala suerte tocar la copa de campeón antes del inicio de una final, pero este lunes en Costa Rica los jugadores del Saprissa tampoco lo pudieron hacer después de conquistar el título, pues el protocolo contra el coronavirus exige la máxima prevención.
A sus 36 años y con una amplia trayectoria por el futbol europeo, el capitán Christian Bolaños levantó la copa 35 para el equipo más laureado de Costa Rica, pero que tiene un significado especial, pues se trata del primer campeón de fútbol que se corona en América luego de una suspensión de la actividad por la pandemia de la covid-19.
Así fue la premiación
Bolaños, máximo goleador del torneo con 18 anotaciones, fue el único al que se le permitió tocar la copa para que la levantara de forma simbólica. El resto de sus compañeros se tuvo que conformar con tomarse una foto al lado del trofeo.
En la premiación cada jugador salió con mascarilla, tomó su medalla de una mesa, se la colocó en el cuello y se ubicó a dos metros de distancia uno de otro a la espera de que Bolaños recogiera el trofeo.
Luego de que el capitán levantara el trofeo al frente de sus compañeros y de los respectivos cánticos, la copa fue colocada en una vitrina en donde nadie más la pudo tocar.
«Esto es un premio para la afición, ha sido un año redondo para el Saprissa. Ha sido un año muy atípico para todas las personas en Costa Rica y esto es un desahogo», expresó Bolaños.
Costa Rica reanudó el torneo el pasado 19 de mayo tras dos meses de suspensión, lo que fue posible gracias a un protocolo sanitario que obliga a jugar sin público, al uso de mascarillas y el distanciamiento para los suplentes y cuerpos técnicos; así como la desinfección constante de manos, implementos deportivos, vestuarios y banquillos.
El estadio Ricardo Saprissa, reconocido en la región por el escandaloso ambiente que genera su afición, cambió el bullicio por el silencio, por las mantas de apoyo en algunos sectores y dos pantallas con aficionados conectados por internet.
En las afueras de «La cueva del monstruo», como se le conoce al estadio, la policía cerró un perímetro a la redonda para evitar posibles aglomeraciones de personas, pero eso no evitó que los aficionados del Saprissa decoraran con globos y mensajes de apoyo algunas paredes y calles.
«Son tiempos dificilísimos para todo el país y la población. Se trabajó muchísimo en poder regresar el futbol, para traer algo de alegría a la gente. Son tiempos inéditos, una final a estadio vacío, una celebración extraña, pero eso no quita el orgullo del trabajo que se hizo», declaró el presidente del Saprissa, Juan Carlos Rojas.
En esa misma línea se expresó el delantero Johan Venegas, quien destacó el trabajo del grupo y la disciplina de los futbolistas para mantener la forma durante los dos meses en que estuvo suspendido el torneo.
«Esta pandemia nadie se la esperaba. Tuvimos que adaptarnos a esta nueva realidad. En los dos meses sin entrenar ni jugar un partido el secreto fue ser disciplinados. todos fuimos profesionales, trabajamos sin cesar por el objetivo», declaró.
El Saprissa se consolida como el equipo más laureado de Costa Rica con 35 títulos locales, por encima del Alajuelense (29) y el Herediano (28).